Día del pingüino

Hola qué tal, yo soy Carolina Hernández y este es Sin Esdrújulas, tu micro mini podcast en el que escribo cosas que luego leo para parecer más elegante. Y porqué tan elegante, dirás tu…

Es que hoy viernes 25 de abril es el día internacional de los pingüinos, por qué sé eso… porque me maman los pingüinos. No, esos no. Estos.

Estos curiosos animalitos siempre elegantes, con su impecable esmoquin natural, que parecen salidos de una gala en el Polo Sur. Pero detrás de ese look de etiqueta, los pingüinos esconden lecciones muy valiosísimas sobre la vida, el amor y la comunidad.

La más hermosa para mi, quizá, es la de piedrita del amor. El cortejo de algunas especies pingüinos -existen 18 especies que varían en tamaño y apariencia- pero el cortejo de una de esas es muy singular. Resulta que cuando un pingüino macho encuentra al amor de su vida busca la piedra perfecta, la más redondita y bonita que encuentre, y se la ofrece a su ser amado.
Si ella acepta, habemus pareja.

Y una vez ahí, se mantienen juntos -casi- para siempre. Por que a veces pasa la vida y aunque los pingüinos en general son monógamos y forman parejas estables, hay algunas excepciones y factores que pueden influir en su comportamiento reproductivo, como la disponibilidad de alimento y cambios en la distribución de la población. Pero cuando están juntos, los pingüinos son los más crianza responsable, porque en muchas especies mamá y papá se turnan para cuidar el huevo. Sí, nacen del huevo, son aves.

Y mientras uno va a buscar comida, a veces durante semanas, el otro incuba al futuro bebé con los pies, aguantando el frío y el hambre. La verdadera crianza compartida. Los pingüinos además viven en colonias que pueden tener miles de individuos. ¿Cómo se organizan? Con respeto y muchos graznidos.

Se reconocen por el sonido. Literalmente cada pingüino tiene un grito único, como si todos tuvieran ringtone personalizado. Y entre tanto bullicio, mamá pingüina reconoce a su cría solo por su voz. Y es que pese a vivir en condiciones extremas, los pingüinos nos enseñan que el amor sincero puede empezar con una piedra, que la cooperación es más fuerte que el ego, y que en una sociedad ruidosa, aún se puede escuchar lo que realmente importa. Visten de gala, pero no son pretenciosos. Son tiernos, pero no son tontos.

Y mientras nosotros complicamos las relaciones con likes y mensajes de doble sentido, ellos lo resuelven con un chillido y una caminata sincronizada por el hielo. Para no variar, algunas de las especies de pingüinos están en peligro de extinción debido a diversas amenazas, incluyendo el cambio climático, la sobrepesca, la contaminación marina y la degradación de su hábitat. 

Siempre podemos buscar y apoyar a organizaciones de conservación, promover la gestión responsable de la pesca, proteger los hábitats y reducir el impacto del turismo.  Así que, la próxima vez que sientas que el mundo va demasiado rápido, recuerda al pingüino: firme, elegante, yendo de a pasitos, pero siempre en buena compañía.

Feliz día del pingüino.