El tibio comunicado de Rosalía
El diseñador Miguel Adrover rechazó vestir a Rosalía por no pronunciarse sobre Palestina.
Hace días se hizo público que el diseñador Miguel Adrover declinó vestir a Rosalía diciendo que “no trabaja con ningún artista que no apoye públicamente a Palestina”. Y esto lo sabemos porque el diseñador publicó el intercambio de mails en su Instagram con un mensaje donde Miguel dice que “el silencio es complicidad, sobre todo cuando tienes una audiencia tan grande”. Diciendo también que es porque esto que ella tiene “la responsabilidad de usar su poder para denunciar el genocidio”.
El mensaje fue tan bien recibido por varias personas que esto llevo a Rosalía a compartir un comunicado donde dijo, entre otras cosas, que el hecho de no haber usado sus plataformas para denunciar no quiere decir que no condene lo que está pasando en Palestina. Cerrando con la siguiente idea: “No veo como avergonzarnos los unos a los otros sea la mejor manera de seguir adelante en la lucha por la libertad de Palestina. Creo que el señalamiento debería direccionarse hacia arriba (hacia quienes deciden y tienen poder de acción) y no en horizontal (entre nosotroxs)”.
Muchos dirán que no tiene sentido pedirle esto a una artista, pero lo cierto es que este caso revela algo sobre el tiempo que habitamos. Cada que a alguna figura mediática se le reprocha algo como ahora a Rosalía, frecuentemente se ve a estas figuras “públicas” cuestionar el por qué la gente les exige una compostura ética a ellos y no a los políticos que son quienes tienen relación directa con muchos de los problemas que aquejan a las personas o a poblaciones. Y creo que aunque no lo quieran entender ni asumir, es precisamente por su poder mediático que se les exige algo. Al final de su comunicado Rosalía dice que el señalamiento debería direccionarse hacia arriba y no en horizontal pero lo que omite es que ella ya no habita esa misma horizontalidad: tiene una voz amplificada, millones de seguidores y un peso simbólico que influye cultural y políticamente. Ella al igual que muchas celebridades tienen un poder de convocatoria que pueden usar para denunciar, para convocar, para hacer visibles injusticias.
Y no es que la denuncia sea por sí misma una responsabilidad obligada de los artistas, de influencers, de personas que salen en la televisión, pero creo que sí es una necesidad que surge de los tiempos en que vivimos. No es que las personas no exijan al gobierno, a los políticos o a las marcas, es sólo que la mayoría de las personas no disponemos de la audiencia suficiente para lograr que alguien escuche y se nos intente dar respuesta. Les guste o no, quieran o no, todas esas personas que tienen un amplificador de su voz, tienen/ tenemos una responsabilidad política que no deberíamos de callar frente injusticias y mucho menos ante genocidios.
No se trata de “avergonzarnos los unos a los otros” como dice Rosalía sino de hacer que cobremos conciencia de los cambios que podemos generar, a veces, sólo posicionándonos públicamente frente al dolor de los demás.
