Para Willy Chavarría la moda es política

Durante la semana de la moda en París, Willy Chavarría comenzó su pasarela con esta performance donde se veía a hombres rapados y vestidos de blanco hincarse con las manos atrás, como si estuvieran esposados. Las imágenes recuerdan a las de las cárceles de El Salvador, que el mismo Bukele ha promocionado. Cárceles a las que la administración de Trump a enviado a inmigrantes sin un proceso adecuado y de manera deshumanizada. Muchas familias latinas están siendo violentamente separadas y la vida en muchos barrios se ha tornado hostil.

Y esto ha impactado no sólo familias, sino diferentes industrias como la moda. Por esto es importante el pronunciamiento de Chavarría en ese escenario en el que había reflectores de todo el mundo.

Algo que olvidamos es que la moda es una herramienta política en tanto que se encarga de vestir y moldear el cómo los cuerpos aparecen en el espacio público. Sin embargo muchos la reducen a algo banal y sin importancia pero la moda tiene ese poder, el poder de significar algo, de permitir que las personas se agrupen, que se reconozcan, pues como menciona Ángel Octavio, “el enfrentamiento con los diferentes sólo es posible mediante recursos cosméticos”. La ropa no es sólo ropa y en ocasiones ha sido un símbolo de resistencia. Ahí tenemos de ejemplo el caso de los sans-culottes (los sin calzones) que fueron importantes durante la revolución francesa.

Este grupo de personas se diferenciaban con la burguesía por la vestimenta, mientras los ricos vestían culottes (calzones), ellos al ser trabajadores tenían que usar pantalones largos, de ahí que se les llamara sans-culottes, los sin calzones. La moda y la cosmética ha servido para separar pero también para protestar y generar cambios, por eso se vuelve interesante no sólo participar de las tendencias sino entender de dónde viene y cómo surgen siluetas, zapatos, o materiales.

Lo hecho por Chavarría es admirable no sólo por la acción misma de la denuncia, sino por recordar que también en la moda, escenario principalmente blanco y burgués, se debe de incomodar con tal de defender las creencias y exponer las violencias que operan. Tenemos que aprender a ocupar los espacios que nos abren. Callar, a veces, nos hace cómplices.