5 errores que debes evitar si tienes suculentas en maceta dentro de casa
Las suculentas son resistentes, sí, pero no invencibles; estos errores comunes podrían arruinar su crecimiento incluso si las tienes dentro de casa.

Tener suculentas en interiores se ha convertido en una de las tendencias favoritas en decoración, gracias a su aspecto estético, su bajo mantenimiento y su capacidad para sobrevivir en condiciones adversas.
Sin embargo, aunque suelen ser plantas muy agradecidas, no están exentas de cuidados específicos que muchas veces se pasan por alto, si tus suculentas comienzan a perder firmeza, cambian de color o dejan de crecer, puede que estés cometiendo alguno de estos errores comunes.
Colocarlas en cualquier rincón sin pensar en la luz que reciben, regarlas como si fueran plantas tropicales o usar la maceta equivocada son prácticas que podrían terminar debilitando sus raíces o pudriendo sus tallos.
Aquí te contamos los errores más frecuentes y cómo corregirlos para que tus suculentas sigan luciendo sanas y hermosas dentro de casa.
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¿Las estás regando como si fueran cualquier otra planta?
Uno de los errores más comunes es regarlas en exceso, a diferencia de otras especies, las suculentas almacenan agua en sus hojas y tallos, por lo que no necesitan riegos frecuentes.
Si las riegas cada pocos días, es probable que las raíces se pudran, lo ideal es regarlas solo cuando el sustrato esté completamente seco, lo cual puede tomar entre 7 y 15 días dependiendo del clima y el lugar donde se encuentren.
Aunque estén dentro de casa, las suculentas necesitan luz solar directa o al menos muchas horas de luz brillante, colocarlas en habitaciones oscuras o alejadas de ventanas puede hacer que se estiren en busca de luz, perdiendo su forma compacta y saludable.
Busca el lugar más luminoso de tu hogar o apóyate en lámparas de cultivo si vives en un lugar con poca luz natural.
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¿La maceta tiene buen drenaje o acumula demasiada humedad?
Usar macetas sin agujeros o con materiales que retienen demasiada humedad es otro error frecuente, las suculentas necesitan un drenaje eficiente para evitar el exceso de agua.
Opta por macetas de barro o cerámica con orificios en la base y asegúrate de usar un sustrato especial para cactus o plantas crasas, que permita que el agua fluya y no se estanque.
Muchas personas piensan que más fertilizante equivale a más crecimiento, pero en el caso de las suculentas, esto puede ser contraproducente.
No necesitan fertilización frecuente; basta con hacerlo una o dos veces al año, en primavera o verano, un exceso puede quemar sus raíces o alterar su color y textura.
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¿Estás cambiando demasiado seguido de lugar las suculentas?
Las suculentas se adaptan a su entorno, pero si las estás moviendo constantemente de lugar, de sombra a sol, del baño al balcón, pueden estresarse, una vez que encuentres el sitio ideal con buena luz y ventilación, lo mejor es mantenerlas ahí y permitir que se ajusten a ese microclima.
Con pequeños ajustes y evitando estos errores, tus suculentas de interior no solo sobrevivirán, sino que prosperarán y llenarán tu hogar de vida y color sin grandes complicaciones.
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