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¿Cómo saber si el pollo está en mal estado? Así puedes detectarlo

El pollo es un alimento que no puede faltar en los hogares mexicanos; su mal manejo puede ocasionar que quede en mal estado y ocasionar riesgos a la salud.

El pollo debe cocinarse a una temperatura de 73 °C para matar cualquier bacteria peligrosa. Foto: Comidas Peruanas
El pollo debe cocinarse a una temperatura de 73 °C para matar cualquier bacteria peligrosa. Foto: Comidas Peruanas

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Por: Erwin Contreras

MONTERREY, Nuevo León.- El pollo es un alimento que es fuente importante de nutrientes como proteínas, lípidos, Vitamina 3 y minerales como calcio, hierro, zinc, sodio, potasio y magnesio, entre otros; además es muy tradicional en los hogares mexicanos para preparar el tradicional mole poblano, caldo de pollo con verduras y pollo asado para el deleite de las familias. 

Sin embargo, una mala preparación del pollo o bien cuando este alimento se echa a perder puede ocasionar graves problemas a la salud que incluso pueden llegar a la muerte a causa de una intoxicación, es por ello que te diremos tips para la preparación del pollo y cómo detectar cuando ya no es útil para su consumo.

 

@javier_monroe Cuidamos nuestra alimentación para construir el cuerpo, pero también debemos cuidar la manipulacion y cocción de los alimentos para evitar enfermar!!!! 👉El pollo es un alimento sensible a la contaminación sigue estos consejos y evitarás enfermar: ✅Siempre compra el pollo en un distribuidor confiable. ✅Revisa el olor, color y textura del pollo debe ser fresco. ✅Siempre cocinar el pollo, este NO tiene término de cocción como la carne de res. ✅Mantener la cadena de frío del producto en todo momento. ✅Lavar muy bien los utensilios y las manos después de manipular el pollo. ✅Cuando se almacena siempre bien tapado. 👉Recuerda algo NO existe un alimento medio dañado, o es apto para su consumo o NO lo es. 👨🏻‍🍳El pollo no tiene presa mala!! ‼️CUAL ES TU PIEZA PREFERIDA?? COMENTA! #gym #pollo ♬ sonido original - Javier Monroe

¿Se lava el pollo?

  • Lavar el pollo aumenta el riesgo de: Salmonella, Campylobacter y otras bacterias dañinas. Cada vez que lave el pollo, le entrega a estas bacterias una forma de viajar por toda la cocina.
  • Se recomienda limpiarlo con una toalla de papel limpia para remover la capa de agua y proteína que trae desde las fábricas, y luego lavarse las manos.
  • Siempre separar el pollo crudo de alimentos frescos y listos para comer.
  • Cocine el pollo a una temperatura de 73 °C para matar cualquier bacteria peligrosa.
  • Mantenga todas las superficies de la cocina limpias, lavándolas con agua caliente y jabón

@ingdetusalimentos ¿El pollo se debe lavar? Deja de lavar el pollo!!! Te cuento porqué😨 #lavarelpollo #nolaveselpollo #ingenieriaenalimentos #pollocrudo #microbiologia #datoscuriosos ♬ Dance You Outta My Head - Cat Janice


¿Cómo detectar si el pollo está echado a perder?

  • Color grisáceo
  • Olor fuerte a amoniaco
  • Textura pegajosa y viscosa
  • Presencia de moho (capa verde o negra)
  • Gruesa capa de hielo si ha estado por un tiempo prolongado en el congelador
  • Cambio de color
  • Mal olor
  • Sabor agrio

 

¿Qué sucedes si se consume pollo en mal estado?

  • Malestar estomacal
  • Vómitos
  • Diarrea
  • Diarrea y heces con sangre
  • Dolor de estómago y calambres abdominales
  • Fiebre
  • Dolor de cabeza

 

@malena_carrillo Pollo cocido Vs pollo que le falta cocerse #alimentos #pollo ♬ sonido original - Malena Carrillo


'Reglas de Oro' de la OMS para la preparación higiénica de los alimentos

 Elegir los alimentos tratados con fines higiénicos: Mientras que muchos alimentos están mejor en estado natural (por ejemplo, las frutas y las hortalizas), otros sólo son seguros cuando están tratados. Así, conviene siempre adquirir la leche pasteurizada en vez de cruda, y si es posible, comprar pollos (frescos o congelados) que hayan sido tratados por irradiación ionizante. Al hacer las compras hay que tener en cuenta que los alimentos no sólo se tratan para que se conserven mejor, sino también para que resulten más seguros desde el punto de vista sanitario. Algunos de los que se comen crudos, como las lechugas, deben lavarse cuidadosamente.

Cocinar bien los alimentos: Muchos alimentos crudos (en particular, los pollos, la carne, la leche no pasteurizada) están a menudo contaminados por agentes patógenos. Estos pueden eliminarse si se cocina bien el alimento. Ahora bien, no hay que olvidar que la temperatura aplicada debe llegar al menos a 70º C en toda la masa de éste. Si el pollo asado se encuentra todavía crudo junto al hueso, habrá que meterlo de nuevo en el horno hasta que esté bien hecho. Los alimentos congelados (carne, pescado y pollo) deben descongelarse completamente antes de cocinarlos.

Consumir inmediatamente los alimentos cocinados: Cuando los alimentos cocinados se enfrían a la temperatura ambiente, los microbios empiezan a proliferar. Cuanto más se espera, mayor es el riesgo. Para no correr peligros inútiles, conviene comer los alimentos inmediatamente después de cocinados.

 Guardar cuidadosamente los alimentos cocinados: Si se quiere tener en reserva alimentos cocinados, o simplemente, guardar las sobras, hay que prever su almacenamiento en condiciones de calor (cerca o por encima de 60º C) o de frío (cerca o por debajo de 10º C). Esta regla es vital si se pretende guardar comida durante más de cuatro o cinco horas. En el caso de los alimentos para lactantes, lo mejor es no guardarlos, ni poco ni mucho. Un error muy común al que se deben incontables casos de intoxicación alimentaria es colocar en el refrigerador una cantidad excesiva de alimentos calientes. En un refrigerador abarrotado, los alimentos cocinados no se pueden enfriar por dentro tan deprisa como sería de desear. Si la parte central del alimento sigue estando caliente (a más de 10º C) demasiado tiempo, los microbios proliferan y alcanzan rápidamente una concentración susceptible de causar enfermedades.

Recalentar bien los alimentos cocinados: Esta regla es la mejor medida de protección contra los microbios que puedan haber proliferado durante el almacenamiento (un almacenamiento correcto retrasa la proliferación microbiana pero no destruye los gérmenes). También en este caso, un buen recalentamiento implica que todas las partes del alimento alcancen al menos una temperatura de 70º C.

Evitar el contacto entre los alimentos crudos y los cocinados: Un alimento bien cocinado puede contaminarse si tiene el más mínimo contacto con alimentos crudos. Esta contaminación cruzada puede ser directa, como sucede cuando la carne cruda de pollo entra en contacto con alimentos cocinados. Pero también puede ser más sutil. Así, por ejemplo, no hay que preparar jamás un pollo crudo y utilizar después la misma tabla de trinchar y el mismo cuchillo para cortar el ave cocida; de lo contrario podrían reaparecer todos los posibles riesgos de proliferación microbiana y de enfermedad consiguiente que había antes de cocinar el pollo.

Lavarse las manos a menudo: Hay que lavarse bien las manos antes de empezar a preparar los alimentos y después de cualquier interrupción (en particular si se hace para cambiar al niño de pañal o para ir al retrete). Si se ha estado preparando ciertos alimentos crudos, tales como pescado, carne o pollo, habrá que lavarse de nuevo antes de manipular otros productos alimenticios. En caso de infección de las manos, habrá que vendarlas o recubrirlas antes de entrar en contacto con alimentos. No hay que olvidar que ciertos animales de compañía (perros, pájaros y, sobre todo, tortugas) albergan a menudo agentes patógenos peligrosos que pueden pasar a las manos de las personas y de éstas a los alimentos.

Mantener escrupulosamente limpias todas las superficies de la cocina: Como los alimentos se contaminan fácilmente, conviene mantener perfectamente limpias todas las superficies utilizadas para prepararlos. No hay que olvidar que cualquier desperdicio, migaja o mancha puede ser un reservorio de gérmenes. Los paños que entren en contacto con platos o utensilios se deben cambiar cada día y hervir antes de volver a usarlos. También deben lavarse con frecuencia las bayetas utilizadas para fregar los suelos.

Mantener los alimentos fuera del alcance de insectos, roedores y otros animales: Los animales suelen transportar microorganismos patógenos que originan enfermedades alimentarias. La mejor medida de protección es guardar los alimentos en recipientes bien cerrados.

Utilizar agua pura: El agua pura es tan importante para preparar los alimentos como para beber. Si el suministro hidráulico no inspira confianza, conviene hervir el agua antes de añadirla a los alimentos o de transformarla en hielo para refrescar las bebidas. Importa sobre todo tener cuidado con el agua utilizada para preparar la comida de los lactantes.


Para mayor información visita el sitio web de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) 

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