Esta cueva a 30 minutos del Mante es escenario de un espectáculo todas las tardes
La Cueva de Quintero es uno de los secretos mejor guardados del sur de Tamaulipas y un paraíso para los amantes de la naturaleza

Cada tarde, miles de murciélagos emergen en una danza aérea que sorprende a quienes visitan esta formación rocosa enclavada entre cerros y vegetación. A solo media hora de El Mante, esta cueva es punto clave para el ecoturismo en la región.
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A tan solo 30 minutos de El Mante, en plena sierra tamaulipeca, se encuentra un sitio que ha empezado a ganar fama por ofrecer un espectáculo que no necesita luces ni boletos: la Cueva de Quintero.
Ahí, justo cuando el sol comienza a ocultarse, miles de murciélagos salen volando en espiral hacia el cielo, como si fueran parte de una coreografía perfecta dictada por la naturaleza.
¿Qué hace tan especial a la Cueva de Quintero?
Ubicada en los límites del ejido Quintero, esta cueva no solo destaca por su belleza geológica, sino también por su importancia ecológica. El espectáculo que protagonizan sus habitantes al caer la tarde se ha convertido en un atractivo para locales y visitantes, especialmente para quienes gustan del turismo de aventura o la observación de fauna silvestre.
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La salida masiva de murciélagos ocurre todos los días del año, aunque es más impresionante en temporadas cálidas. Los pobladores han aprendido a convivir con este fenómeno y ahora lo promueven como un tesoro local que merece ser conocido y protegido.
¿Cómo se puede llegar y qué se necesita para visitarla?
Llegar a la Cueva de Quintero es sencillo. Desde El Mante se toma la carretera rumbo a Gómez Farías, y tras recorrer unos 30 minutos por caminos rurales se llega a la zona del ejido. Aunque el acceso es libre, lo recomendable es ir acompañado de un guía local o habitante del área, tanto por seguridad como para respetar el entorno.
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La caminata hasta la entrada de la cueva es ligera, pero se recomienda usar calzado cómodo, llevar agua y evitar hacer ruido excesivo. Muchos visitantes optan por llevar binoculares o cámaras con buen zoom para captar el momento sin perturbar a los animales.
¿Por qué este lugar importa más allá del turismo?
La Cueva de Quintero cumple un rol clave en el equilibrio ambiental de la región. Los murciélagos que ahí habitan ayudan a controlar plagas agrícolas, dispersan semillas y polinizan plantas, siendo aliados silenciosos de los ecosistemas locales.
Promover este sitio como destino ecoturístico también ha motivado a las comunidades a preservar su entorno y valorar más su riqueza natural. Aunque todavía es poco conocido a nivel nacional, quienes han tenido la suerte de vivir el espectáculo al atardecer coinciden en algo: es una experiencia que se queda grabada en la memoria.
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Y así, mientras el cielo se tiñe de naranja, la Cueva de Quintero recuerda que la naturaleza siempre tiene algo que mostrar… si sabemos mirar.