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Yucatan

Matraca yucateca: el ave cantora que se esconde en las costas de Yucatán

Descubre a la matraca yucateca, un ave endémica y cantora de las dunas costeras del norte de Yucatá

¿Dónde habita la matraca yucateca? Foto: Canva | @eBird
¿Dónde habita la matraca yucateca? Foto: Canva | @eBird

Publicado el

Por: Ulises Ramírez

La matraca yucateca (Campylorhynchus yucatanicus) es una ave endémica de la costa norte de Yucatán, conocida por su canto singular y su peculiar comportamiento: el macho y la hembra cantan al unísono para defender su territorio, a veces incluso colgados de cabeza en posturas sincronizadas.

Esta ave de tamaño mediano, de unos 17 cm de largo, con plumaje café jaspeado, es experta para camuflarse entre los arbustos costeros, siendo estas áreas su habitad predilecta.



¿Dónde habita la matraca yucateca?

Su hábitat natural es exclusivo de la duna costera yucateca, una zona de vegetación xerófita compuesta por cactáceas y arbustos bajos. Se le puede encontrar, aunque con dificultad, en lugares como Río Lagartos, Telchac Puerto, Progreso, San Benito, Sisal y Celestún, pero sus apariciones son cada vez más escasas.

Lamentablemente, su habitad natural se ha visto afectado por la expansión urbana y la deforestación de las dunas costeras, dificultado aún más su avistamiento y poniendo en riesgo a la especie.



¿Por qué es tan difícil avistar a la matraca Yucateca?

Ver a la matraca yucateca se ha vuelto raro porque su hábitat se encuentra bajo amenaza constante por el desarrollo inmobiliario en la franja costera del norte de Yucatán. Esta ave depende de los arbustos de la duna para protegerse y reproducirse, y la urbanización ha reducido drásticamente sus espacios.



¿Está en peligro de extinción?

Sí. La matraca yucateca está catalogada como especie amenazada según la NOM-059-SEMARNAT-2001, debido a su distribución limitada y a la pérdida de hábitat. Su presencia se ha vuelto un indicador clave de la salud del ecosistema de duna costera, por lo que su conservación es urgente.



Su nombre popular proviene del canto repetitivo y fuerte que emite, similar al sonido de una matraca de madera. Este canto es más que decorativo: sirve como forma de comunicación entre pareja y defensa del territorio frente a otras aves.

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