Gana más paseando perros que ejerciendo su carrera: la historia de ingenieros en CDMX
Edgar camina lentamente por los andadores del parque México en la colonia condesa, pasea a “Alvin”, un Akita de 2 años y medio de edad.
Trae sus audífonos en el cuello, un cepillo en la mano y en la otra una correa; su equipo se completa con una bolsa para recoger las heces de los animales que pasea y con ello evitar las sanciones que existen en la CDMX.
¿Cómo es la situación de los paseadores de perros en CDMX?
Carlos es otro paseador, tiene en uno de los pasillos a 12 perros echados en el piso y en completa calma.
Edgar y Carlos no se conocen entre sí, pero ambos son parte del creciente ejército de paseadores que con el paso del tiempo encontraron en esta actividad un medio de subsistencia legal y, en cierta forma, más redituable.
No todos pagan igual, hay quienes quieren pagar menos
Carlos - Cuidador y paseador de perros
¿Cómo decidieron convertirse en paseadores de perros en CDMX?
Edgar es un ingeniero titulado que por algún tiempo intentó emplearse en la actividad para la que se preparó los últimos 4 años en una universidad, pero la combinación de falta de experiencia y el bajo sueldo ofrecido, lo orillaron a tomar la decisión sin saber que se convertiría en su sustento.
La experiencia de Edgar buscando trabajo como ingeniero lo hace recordar que las diferentes ofertas laborales para las que aplicó le exigían una experiencia de 5 a 7 años y que no la poseía. Además, la jornada laboral como aprendiz es de tiempo completo e incluso en algunos casos de lunes a domingo.
Carlos decidió continuar con una actividad que inició su padre en ese mismo parque de CDMX, hace años y para la que está certificado. Además de pasear a los perros que le encargan, ofrece algunas técnicas de adiestramiento básico para que los animales que pasea tengan un mejor comportamiento.
¿Cuánto puede ganar un paseador de perros en la CDMX?
Retoman un dicho que es muy común, ya que según los paseadores que platicaron con POSTA CDMX “según el sapo es la pedrada”, porque mientras hay quienes ofrecen pasear a los perros por 75 y 85 pesos por una hora.
Hay quienes llegan a ofrecer sus servicios por casi la mitad del precio y acumulan muchos perros en los paseos, lo que se convierte en un riesgo para controlarlos.
No se si has visto a paseadores que eran de a 10 o 15 perritos, mezclados grandes con pequeños o los traen jalando y esos paseos los llegan a cobrar hasta en 45 y 50 pesos
Edgar - Paseador de perros
Eso podría considerarse como una competencia desleal, ya que no hay un tabulador que homologue el precio a pagar por el servicio, ni se comprueban las capacidades del cuidador de los animales que se hace responsable del paseo, lo realizan “a valores entendidos”.
Carlos es el otro cuidador de perros quien cobra 150 pesos por el servicio, exactamente el doble que el otro cuidador entrevistado, pero él asegura que sus clientes lo buscan por el “plus” que ofrece como parte de un adiestramiento, que resulta también muy conveniente para los dueños de los animales.
Hay mucha competencia, pero ahí voy, voy al día, pero de aquí vivo.
Carlos - Paseador y entrenador de perros
¿Piensan regresar a su profesión anterior o seguir como paseador en la CDMX?
Lo que ambos paseadores valoran es la flexibilidad en el manejo de su tiempo que les permite hacer otras actividades, ganando más de lo que ganarían ejerciendo su profesión con una obligación de horario definida.
Si bien es cierto que no tienen ninguna prestación o seguridad social, los ingresos son suficientes para salir adelante, sin la presión laboral que cada día es mayor, desde su punto de vista.
Realmente solo lo hago en las mañanas, hasta la 1 de la tarde, ya después hago otras actividades como estudiar idiomas
Edgar - Paseador de perros
Al ser sus clientes quienes habitan en las inmediaciones de las colonias como la Condesa y la Roma en CDMX, los dueños de los perros son de origen extranjero y se capacitan en el cuidado de los animales, pero también buscan realizar su actividad sin violar los reglamentos.
Se concentran en el dominio del inglés y otros idiomas, para comunicarse de una manera efectiva con quienes pagan por sus servicios.