Gentrificación no es migración: ¿Por qué esta diferencia importa en la CDMX?
El pasado 4 de julio, la Ciudad de México fue testigo de la primera marcha contra la gentrificación. El epicentro: la Roma y la Condesa, dos colonias profundamente transformadas por este fenómeno urbano.
Aunque la protesta se centró en exigir una ciudad más justa, el debate en redes sociales tomó otro rumbo: ¿la gentrificación es xenofobia disfrazada? ¿Se trata de odio hacia los extranjeros? Activistas aseguran que no.
La manifestación, convocada por el Frente Anti Gentrificación MX entre otras organizaciones, reunió a vecinas, vecinos y colectivos en una protesta que denunció el alza en los precios de la vivienda, el despojo de espacios públicos y el desplazamiento de personas que han habitado por años esas zonas.
¿Por qué la migración y la gentrificación son dos realidades distintas?
México tiene una larga historia como país receptor de migrantes. Desde los exiliados españoles en los años 30, pasando por los latinoamericanos que huyeron de dictaduras en los 70, hasta las miles de personas centroamericanas y haitianas que hoy buscan refugio.
Sin embargo, nunca se había convocado una marcha en su contra. Entonces, ¿por qué sí se marcha contra la gentrificación?
Luna, integrante del Frente Anti Gentrificación MX, explica que la diferencia está en el motivo y en el impacto. El migrante llega buscando refugio, huyendo de la violencia o la pobreza. El gentrificador, en cambio, llega con privilegios económicos, invierte, cambia los precios, transforma la cultura y genera desplazamientos involuntarios.
“Siento que el migrante llega a buscar una oportunidad de mejorar su vida. Aquí se le da la bienvenida con brazos abiertos a gente migrante, gente que huye de su país para buscar un refugio… Y siento que el gentrificador es un neocolonizador que llega a cambiar involuntariamente la cultura y los costos de las cosas. Claramente, el gentrificador no es el único culpable, lo sabemos”, señaló el joven.
La gentrificación ocurre cuando personas con mayor poder adquisitivo —sean mexicanas o extranjeras— se mudan a colonias populares o centrales, lo que provoca un aumento en el costo de vida: rentas, alimentos, servicios y hasta espacios culturales. Esto obliga a los habitantes originales a abandonar sus hogares por no poder pagarlos.
Según datos del sitio Inmuebles24, entre 2016 y 2023 el precio promedio de la renta en la colonia Roma Norte aumentó un 53%. Departamentos que antes costaban 10 mil pesos ahora rondan los 25 mil.
¿Cuál es el objetivo principal de la lucha?
Para el Frente Anti Gentrificación, el foco de su lucha está en el derecho a la vivienda. No es odio al extranjero. Es una crítica al modelo económico que convierte las casas en activos de inversión.
“Obviamente, hay mucha rabia, es muy injusto que lleguen extranjeros a invertir y un mexicano que lleva 50 años laborando no le alcance para comprarse un terreno”, señala Luna. Pero aclara que no todos los extranjeros ni solo extranjeros.
Organizaciones como Gatitos contra la desigualdad afirman que el 50% de las viviendas en venta en la ciudad superan los 4 millones de pesos, una cifra que solo puede pagar el 2% de la población.
Además de los gentrificadores con alto poder adquisitivo, activistas como Luna identifican como actores clave en este fenómeno a los gobiernos y empresas inmobiliarias que promueven desarrollos de lujo, Airbnb y procesos de privatización del espacio urbano.
¿Xenofobia o amarillismo en CDMX?
Durante la protesta, algunas pancartas y consignas utilizaron la palabra “gringo”, lo que fue interpretado por algunos medios e influencers como un gesto xenófobo. Incluso la presidenta de México señaló preocupaciones al respecto.
Sin embargo, Luna aclara que el término no se refiere simplemente a personas estadounidenses: “es una palabra para referirnos a gente que viene como a gente culpable”.
Explica que el “gringo” no es solo por su nacionalidad, sino por el papel que juegan en este proceso de especulación y desplazamiento. El problema no es que sean extranjeros, sino que vengan a invertir en propiedades como vivienda cuando es un derecho.
“Lo que buscamos es que estos especuladores o esta especulación inmobiliaria, dejen de hacer inversiones en la vivienda creyendo que son activos de inversión. No, la vivienda aquí en México y en el mundo no puede ser un negocio. No podemos agarrar como negocio ello, estamos desplazando muchísima gente. Esa es una de nuestras primeras demandas.”, puntualizó el joven Luna.
El frente tiene una serie de demandas y posicionamientos publicados en sus redes sociales y piden que su lucha no sea tergiversada.
¿Para quién está hecha la CDMX?
La discusión abierta tras esta marcha pone en evidencia una pregunta de fondo: ¿para quién está hecha la CDMX? ¿Quién puede vivir en ella y quién ya no tiene lugar?
El fenómeno de la gentrificación no tiene una única causa. Además de la llegada de personas extranjeras con altos ingresos, también influyen la desigualdad estructural, la falta de políticas de vivienda efectivas y la creciente privatización del espacio urbano.
Lejos de ser una postura excluyente, los colectivos que marcharon insisten en que su demanda es por una ciudad más equitativa, donde todas las personas —migrantes o no— tengan derecho a habitar, construir comunidad y vivir dignamente.