Rascacielos en CDMX: lujo, protestas vecinales y dudas sobre su sostenibilidad
La Ciudad de México (CDMX), no solo es la capital del país, también es el epicentro de los rascacielos en México, en sus avenidas conviven torres que rebasan los 200 metros de altura y que marcan el skyline capitalino.
Sin embargo, cada nuevo proyecto abre un debate ¿es sostenible seguir construyendo edificios de este tamaño en una ciudad con problemas de agua, movilidad y densidad poblacional?
¿Cuáles son los rascacielos más altos de CDMX?
Actualmente, la CDMX concentra la mayor parte de los edificios altos del país. Entre los más representativos se encuentran:
- -Torre Mitikah (267.3 metros) – el más alto de la capital
- -Torre Reforma (246 metros).
- -Chapultepec Uno (240 metros).
- -Torre BBVA (235 metros).
- -Torre Mayor (225 metros).
Estas construcciones no solo destacan por su altura, sino también por haber marcado hitos en distintas épocas del desarrollo urbano de la capital.
¿Qué se necesita para construir un rascacielos en CDMX?
De acuerdo con la Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial de la Ciudad de México (PAOT), levantar un edificio de gran altura no es una decisión libre del mercado, sino un proceso regulado. Algunos de los factores a considerar están:
- Uso de suelo y altura máxima permitida: la altura de una edificación se determina según la zonificación de la zona y debe medirse desde el nivel medio de la banqueta.
- Relación con el ancho de la calle: ningún punto del edificio puede superar dos veces la distancia al alineamiento opuesto de la vialidad. Si la altura proyectada rebasa ese límite, el diseño debe incorporar “remetimientos” para reducir el impacto visual y estructural.
- Predios con más de un frente: si el terreno da a varias calles, la altura máxima se calcula con base en el promedio de las secciones de dichas vialidades, lo que impide que un rascacielos sobresalga de manera desproporcionada respecto al entorno.
- Áreas patrimoniales: si el predio colinda con inmuebles catalogados o está en zonas de conservación, se requiere dictamen del INAH, INBA o de la SEDUVI, según corresponda.
- Polígonos de actuación: cuando un proyecto involucra más de un predio, puede solicitar relocalización de usos o modificaciones de altura, siempre que no se rebase la superficie máxima de construcción permitida.
El caso Mítikah: el rascacielos más alto y la protesta vecinal
La Torre Mítikah, inaugurada en 2021, se convirtió en el edificio más alto de la CDMX con sus 267.3 metros y 68 pisos.
El proyecto arrancó en 2008, tuvo múltiples retrasos y finalmente abrió su plaza comercial en medio de protestas de vecinos de Xoco, quienes acusaron que la construcción provocaría:
- Desplazamiento de habitantes.
- Escasez de agua.
- Caos vehicular en la zona.
La inversión del complejo fue de 22 mil 500 millones de pesos, e incluyó compromisos de mitigación como la perforación y entrega de un pozo de agua a SACMEX.
Puerta Reforma: el rascacielos que no fue
Otro caso emblemático es el proyecto de la Torre Puerta Reforma, que buscaba superar los 300 metros de altura y 73 pisos, lo que la convertiría en la más alta de América Latina.
El predio pertenece al ingeniero Carlos Slim y se encuentra en Paseo de la Reforma de CDMX, entre Mariano Escobedo y Melchor Ocampo.
Aunque SEDUVI aprobó su construcción en 2017, los trabajos se detuvieron, entre otras cosas, por protestas vecinales y falta de claridad en los estudios de impacto urbano.
En su momento, vecinos de la colonia Anzures clausuraron simbólicamente el terreno y denunciaron que el edificio afectaría servicios básicos y movilidad. A la fecha, el predio funciona como estacionamiento y, aunque en 2021 se autorizó un nuevo uso de suelo para 70 pisos, no hay certeza sobre el futuro de este proyecto.
¿Todavía se pueden construir rascacielos en la CDMX?
La posibilidad de nuevos rascacielos en la capital depende de dos factores, tanto de la regulación urbana y la aceptación social. En teoría, sí es posible seguir construyendo, siempre y cuando se cumplan los requisitos de seguridad , impacto urbano y disponibilidad de infraestructura.
Sin embargo, la resistencia de vecinos y los problemas históricos de agua y movilidad hacen cada vez más difícil que proyectos de gran escala avancen.
¿Qué pasa con la gentrificación, los rascacielos la impulsan?
Los rascacielos en la CDMX no solo representan una transformación del paisaje urbano, también están vinculados con la gentrificación. Los departamentos dentro de complejos como Mítikah tienen precios que superan los millones de pesos, inaccesibles para la mayoría de los habitantes de la ciudad.
Esto genera un proceso de exclusión, los residentes tradicionales de colonias como Xoco o Anzures son desplazados por el encarecimiento de rentas y servicios, mientras los espacios públicos y vialidades se adaptan a las necesidades de los nuevos habitantes de alto poder adquisitivo.
La gran pregunta es si la Ciudad de México seguirá mirando hacia arriba, pero la discusión central ya no es solo cuántos rascacielos puede tener, sino qué tan sostenible es su construcción en una capital con graves retos ambientales y sociales.