Descubre el platillo ancestral del Edomex que preparan solo mujeres mayores con cenizas
Uno de los platillos más tradicionales y deliciosos para todo mexiquense son los tamales. Pero, ¿sabías que son considerados un platillo ancestral?
Pertenecen a la cocina de los matlatzincas y se pueden cocinar con un ingrediente que a simple vista parece imposible de comer: ceniza de encino.
Tradicionalmente, los tamales se pueden encontrar rellenos de pollo, rajas con queso, dulce con pasas, y en ocasiones con combinaciones peculiares como verdolagas, zarzamora con queso o piña.
En esta ocasión conoceremos los tamales de ceniza de encino, un platillo prehispánico que nos conecta con las tradiciones culinarias de nuestros antepasados. Este ingrediente, aunque poco convencional, aporta propiedades minerales y un sabor ahumado, ideal para carnes y vegetales en pequeñas cantidades, dando un toque terroso único.
¿Qué se necesita para preparar tamales de ceniza de encino?
Para preparar tamales para 30 personas, necesitarás:
- 250 gramos de manteca de cerdo
- 1 kilo de masa de maíz amarillo
- Sal al gusto
- Ceniza de encino
- Hojas de tamal
¿Cómo se hace la ceniza de encino?
El proceso inicia quemando madera de encino hasta obtener carbón y ceniza. Luego, se tamiza el carbón para que quede bien molido y listo para integrarlo a la masa de los tamales.
¿Cómo se preparan los tamales de ceniza de encino?
- Hervir el maíz seco y desgranado con una porción de ceniza de encino.
- Tras una hora de reposo, enjuagar el maíz y molerlo para obtener la masa.
- Batir la manteca de cerdo hasta que adquiera consistencia cremosa.
- Mezclar la masa con la manteca, agregar sal y la ceniza de encino.
- Remojar las hojas de tamal un par de horas para que no se rompan al rellenarlas.
- Rellenar cada hoja con la masa y colocar los tamales en la vaporera para su cocción.
¿Por qué solo lo pueden cocinar mujeres mayores?
La tradición indica que los tamales de ceniza de encino deben ser preparados únicamente por mujeres mayores, ya que ellas poseen conocimiento ancestral sobre las cantidades precisas de ceniza y técnicas de cocción, transmitido de generación en generación.
Esta práctica garantiza que los tamales tengan el sabor auténtico y las propiedades correctas, respetando las costumbres y rituales culinarios de la región.
