Foto: Canva.
Profeco te dice la diferencia entre leche y productos lácteos
La leche se ha consolidado como un alimento fundamental para muchos hogares en México por sus aportes nutricionales, calcio, proteínas como caseína y lactosuero, vitaminas A, D, grupo B, y minerales como fósforo, zinc y magnesio.
Su principal componente es el agua, pero también incluye grasa butírica, lactosa y sólidos no grasos que le otorgan su sabor y características particulares.
La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) ha señalado que es esencial que los consumidores distingan entre lo que legalmente se considera leche y los productos lácteos o combinados, ya que estos últimos pueden tener perfiles nutricionales distintos.
Su diferencia radica no solo en la materia prima utilizada, sino también en los procesos y aditivos que pueden alterar su valor alimenticio.
¿Qué define legalmente a la leche y cómo se clasifica?
La normativa mexicana establece que la leche debe conservar los componentes naturales provenientes del animal, sin sustitutos; esto incluye proteínas de origen animal como la caseína, grasa butírica y lactosa.
Además, el etiquetado está obligado a indicar si el producto ha sido sometido a procesos como pasteurización, ultrapasteurización, microfiltración, evaporación o deshidratación, con el fin de garantizar su calidad y vida útil.
La clasificación también depende del contenido graso:
- Leche entera: al menos 30 g de grasa butírica por litro.
- Semidescremada: entre 16 y 18 g por litro.
- Parcialmente descremada: entre 6 y 28 g por litro.
- Descremada: hasta 5 g por litro.
Existen además versiones deslactosadas, que reducen o eliminan la lactosa mediante la incorporación de lactasa o procesos de filtración avanzada, estas conservan los nutrientes esenciales y están dirigidas a quienes presentan intolerancia a este azúcar natural.
¿Qué caracteriza a los productos lácteos y combinados?
Los productos lácteos no son leche pura; en muchos casos incluyen ingredientes añadidos como grasas vegetales, saborizantes o aditivos; al no conservar la misma cantidad de proteínas o grasa animal, su perfil nutricional puede ser distinto al de la leche tradicional.
La ley establece que estos productos deben identificarse como “productos lácteos” o “lácteos combinados”, algunos sustituyen total o parcialmente la grasa animal por grasa vegetal, mientras que otros reducen de manera importante el contenido proteico. Esto modifica no solo su aporte nutricional, sino también su sabor y textura.
¿Cómo elegir mejor las leches o el producto lácteo?
Al comprar, conviene leer con atención las etiquetas y verificar si el producto se identifica claramente como “leche” o como “producto lácteo”.
Revisar los nutrientes, contenido de proteína, tipo de grasa y niveles de lactosa, es clave para tomar una decisión informada.
Quienes buscan los beneficios nutricionales de la leche auténtica, como proteínas completas y alta biodisponibilidad de calcio, deben asegurarse de adquirir únicamente productos etiquetados como leche.
Los productos lácteos, en cambio, ofrecen mayor variedad en sabor, textura y precio, pero no garantizan el mismo valor alimenticio.