Lo mejor de la información de México y el mundo
Facebook POSTAX POSTAInstagram POSTAYoutube POSTATikTok POSTA
CDMX

Bloque Negro: quiénes son, qué piensan y por qué no todos los encapuchados son “vándalos”

En medio del debate por la marcha del 2 de octubre, integrante del Bloque Negro y especialistas explican el origen, la ideología y los mitos detrás de esta forma de protesta.

Manifestante lastimando a policías. Foto: Paola Atziri
Manifestante lastimando a policías. Foto: Paola Atziri

Publicado el

Copiar Liga

Por: Paola Paz

Tras la marcha del 2 de octubre, las imágenes de encapuchados rompiendo cristales y enfrentándose con la policía volvieron a dominar las redes sociales.

De inmediato, resurgió una narrativa conocida: “son vándalos pagados”. Pero detrás de esas máscaras y vestimentas negras hay una historia más compleja que tiene que ver con una táctica política, no con un grupo pagado. 

El Bloque Negro, como explica la doctora en Ciencias Sociales Rebeca Austria, consultada por Posta CDMX, “no es un movimiento como tal, sino una táctica de protesta que puede ser desplegada por distintas personas o colectivos”.

Su origen se remonta a Alemania Occidental en los años 80, en el marco de las protestas antinucleares y el aumento de la represión policial. Desde entonces, la idea viajó y fue adoptada por movimientos sociales en todo el mundo, incluido México.

Una táctica, no un grupo homogéneo

Rebeca señala que en México el Bloque Negro ha tenido tres momentos clave: durante las movilizaciones del movimiento YoSoy132, en el contexto de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, y en las marchas feministas de 2019 tras el caso de violación policial que detonó la llamada “marcha de la diamantina”.

 En todos los casos, dice, el Bloque Negro “ha funcionado como una expresión de la rabia digna y colectiva frente al Estado y al capitalismo, pero también como un frente de defensa y de poner el cuerpo ante la represión policial”.

Esa última parte, la del “frente de defensa”, suele pasar desapercibida, principalmente por los medios de comunicación, pero es clave para entender la diferencia entre los bloques anarquistas y los grupos de choque. 

Según una integrante del Bloque Negro entrevistada para este reportaje, quien prefirió mantenerse en anonimato, “un verdadero bloque no va contra el pueblo, no roba a los locales individuales, no agrede a los civiles; se enfrenta a las instituciones del Estado, los bancos y las transnacionales que saquean al país”.

imagen-cuerpo

¿Qué es la Acción Directa y cómo llega alguien al bloque negro?

Quien se identifica como integrante del Bloque Negro explica que su formación política comenzó en la adolescencia, dentro de las Juventudes Anarquistas. Desde entonces, encontró en la anarquía una forma de vida y de protesta.

Fue una combinación entre lo cultural, lo político y el territorio. A esta persona le gustaba el punk, vivía en Ecatepec y experimentaba la desigualdad: “A mí me llama la música, me llama a la acción directa y me llama el protestar, el estar en contra de la injusticia, en contra del Estado, pero sobre todo de un Estado represor”.

Ante la pregunta explícita de cuál es su exigencia, aseguró que uno de los principales principios del anarquismo es alcanzar la igualdad a través de la libertad:

“La principal exigencia del anarquismo es la libertad absoluta, acompañada de la responsabilidad absoluta. Escuchas lo que quieres, te vistes como quieres, accionas como quieres y asumes las consecuencias.”

Una de las características de esta táctica de protesta es la llamada Acción Directa, término que suele relacionarse con violencia o vandalismo, sin embargo, a diferencia de lo que se piensa en la opinión pública, la persona integrante del Bloque aclara que se trata de cualquier forma de protesta que comunique un mensaje político:

“La acción directa es lo que haces de manera corporal, desde levantar una manta, pintar una consigna o marchar en silencio. No se trata de atacar, sino de recuperar lo que el capitalismo nos ha arrebatado.” Esta Acción Directa recurre a diferentes formas para enviar mensajes simbólicos que tengan como significado la destrucción del Estado capitalista.

imagen-cuerpo

La entrevistada enfatiza que el Bloque Negro se organiza de forma clandestina, pero también con un sistema de cuidados colectivos:

“La organización tiene un sistema de cuidados en los que el accionar en conjunto también representa el cuidado en conjunto de quienes salimos juntos: juntos salimos y juntos regresamos. No podemos avanzar si nos falta alguien. Por eso el bloque siempre regresa. Por quienes detienen, por quienes jalan hacia los granaderos, por quienes son golpeados.”

Entre la narrativa mediática y la criminalización

En los últimos años, los medios de comunicación han contribuido a una narrativa de la imagen del Bloque Negro como sinónimo de violencia. Para la doctora Rebeca, eso responde a una construcción interesada de los discursos:

“Los medios no son actores neutrales. hacen la cobertura a las cosas que ellos desean hacer la cobertura. Y tienen intereses específicos; los medios hacen política cuando deciden qué cubrir, cómo cubrirlo, no?...Muchos nunca hablan de la violencia de género o del abuso policial, pero cuando hay destrozos, eso se vuelve la nota principal.”

Esa cobertura selectiva, dice, refuerza la idea de que las únicas protestas legítimas son las pacíficas, cuando en realidad “la situación de violencia estructural en el país excede por mucho esa categorización moral de lo bueno y lo malo”. 

Desde dentro, la integrante del Bloque Negro coincide en el papel de los medios de comunicación y de la diferencia con los grupos de choque:

“Hay una instrumentalización mediática. Cuando vemos grabaciones de supuestos bloques en acción, casi siempre no somos nosotros. Un verdadero bloque no permite cámaras, porque grabar es poner en riesgo la vida de los compañeros.”

imagen-cuerpo

¿Infiltrados o estrategia de Estado?

Tras la marcha del 2 de octubre, circularon videos de encapuchados saqueando joyerías. La pregunta inmediata fue: ¿eran integrantes del Bloque Negro o infiltrados?

Para la especialista Austria, la respuesta no es sencilla y el tema no es un asunto nuevo, es decir, no culpa a la ciudadanía por pensarlo porque históricamente el gobierno mexicano ha ejercido estas prácticas:

“La noción de infiltrados no surge de la nada. Recordemos el Batallón Olimpia en 1968, que justamente detonó la masacre. Hay una larga historia del Estado interviniendo en los movimientos sociales.”

Advierte que el problema es que este tipo de episodios de aparente descontrol en las manifestaciones y en un contexto de violencia generalizada suelen abrir la puerta a la militarización:

“Cuando los medios presentan las protestas como descontroladas, la respuesta lógica es pedir más seguridad. Pero hoy quien tiene el control de la seguridad pública son los militares. Es preocupante hacia dónde puede conducir ese discurso.”

De acuerdo con  el centro de análisis e investigación “Fundar”, entre el 1 de diciembre de 2006 y el 30 de junio del 2019 se emitieron 268 recomendaciones por parte de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) en contra de SEDENA, la Secretaría de Marina (SEMAR) y la extinta Policía Federal (ahora GN) por actos de violaciones graves a derechos humanos, como casos de tortura, desaparición forzada y ejecuciones extrajudiciales.

Del total de casos, el 63.8 % fueron atribuidos a integrantes de las fuerzas armadas, es decir, SEDENA y SEMAR. 

La persona integrante del Bloque señaló que no existe el pago por una acción directa porque eso viola los principios del anarquismo: “Una de las principales demandas de los bloques de la anarquía es la libertad absoluta. Y no puede haber libertad absoluta si hay un pago de por medio y hay una instrucción”.

Más allá del estigma

La realidad es que el Bloque Negro y esta forma de manifestarse se enfrentan a una diversidad de críticas y represión estatal. La especialista y la persona del Bloque coinciden en que ni todas las personas vestidas de negro son parte, ni todas las acciones directas son violentas.

El rostro cubierto por parte de las personas del bloque, aseguran, es una medida de seguridad porque “cuando le ponemos cara a la protesta, somos personas perseguidas con nombre, con dirección, con ubicación. Y somos personas a las que se nos puede sembrar lo que sea en un país en el que todo aquel que se atreva a protestar puede terminar en prisión, desaparecido, enterrado en algún lugar o muerto”.

Rebeca concluye con un llamado a la crítica:

“La protesta se sigue criminalizando en México. Los medios y el Estado tienen una responsabilidad enorme. Como ciudadanía hay que hacer análisis críticos, porque es fácil caer en los discursos simplistas: entonces son infiltrados o son gente que está haciendo destrozos. Pero ¿a dónde nos están conduciendo esos discursos o a dónde nos pueden conducir?"

El Bloque Negro es una táctica nacida de la rabia, la desconfianza en el Estado y su represión policial. No es un movimiento homogéneo y dentro del anarquismo hay una diversidad de actores, lo mismo hay investigadores, activistas, pacifistas y artistas.

Aunque incómoda para muchas personas, esta forma de protesta es mucho más compleja y entenderla no implica justificar la violencia, sino comprender sus raíces políticas y simbólicas que por el contexto social que vivimos probablemente seguirán expandiéndose.

Síguenos en Google News
Noticias Relacionadas