Este es el desierto más peligroso en todo Coahuila
Esta zona es uno de los rincones más enigmáticos de Coahuila, uno de los desiertos más peligrosos en la entidad.
Ubicada en el corazón del Desierto de Chihuahua, al sur de Coahuila y compartiendo territorio con Durango y Chihuahua, la Zona del Silencio ha captado la atención de científicos, curiosos y amantes del misterio durante décadas.
Lejos de ser un simple paisaje árido, esta región representa un desafío natural, un fenómeno geofísico y una reserva ecológica única.
La fama de este sitio no solo se debe a sus condiciones extremas, sino también a las historias que lo rodean, desde fallas en aparatos electrónicos, meteoritos que caen con frecuencia y un ecosistema que parece salido de otro planeta.
¿Qué es la Zona del Silencio y por qué se le considera tan especial?
Este desierto, oficialmente parte del Bolsón de Mapimí, ha sido apodado “Zona del Silencio” por una curiosa característica: las ondas de radio y otros sistemas de comunicación suelen interrumpirse sin explicación aparente en ciertos sectores.
Esto ha alimentado teorías que lo comparan con el Triángulo de las Bermudas, el Tíbet o incluso las Pirámides de Egipto, ya que todos estos lugares comparten la coincidencia de estar entre los paralelos 26 y 28.
A nivel científico, se cree que campos magnéticos y formaciones geológicas particulares influyen en estas interferencias. Además, en épocas prehistóricas, esta zona estuvo cubierta por el Mar de Thetis, lo que explica la gran cantidad de fósiles marinos que aún se pueden encontrar en la región.
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¿Qué lo hace uno de los desiertos más peligrosos de México?
No es solo la falta de señal lo que representa un riesgo, sino que la Zona del Silencio impone condiciones extremas para cualquier visitante:
- Lluvias escasas: recibe menos de 160 mm al año.
- Temperaturas extremas: desde 49 °C en verano hasta –16 °C en invierno.
- Terreno aislado: sin caminos señalizados, sin red eléctrica ni cobertura móvil.
Además, alberga una fauna que, aunque adaptada a su entorno, puede representar peligro. Esta zona, que alberga víboras, escorpiones, tarántulas gigantes y serpientes de gran tamaño, han sido avistadas. A esto se suman relatos de extraños comportamientos tecnológicos y sensación de desorientación.
¿Qué valor ecológico y científico tiene esta zona?
A pesar de sus desafíos, la Zona del Silencio es un verdadero tesoro natural. Desde 1978, ha sido protegida bajo el estatus de Reserva de la Biosfera de Mapimí, lo que ha permitido conservar su flora y fauna endémica.
También es un punto privilegiado para observar el cielo, ya que, astrónomos y aficionados lo visitan para contemplar lluvias de estrellas, el paso de satélites y fenómenos cósmicos sin contaminación lumínica. De hecho, se reportan frecuentes caídas de meteoritos, lo que la vuelve aún más fascinante para estudios científicos.
La Zona del Silencio no es solo un desierto más, sino un territorio donde la naturaleza extrema, los mitos y la biodiversidad convergen, por lo que, aunque cautivador, es un paraje en el cual se deben tomar precauciones especiales si se decide visitarlo.
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