Maestro del disfraz: este es el animal que se esconde a plena vista en Coahuila
Conoce más sobre la lagartija cornuda y sus capacidades de camuflaje en Coahuila
En los paisajes áridos de Coahuila, particularmente en zonas como Cuatro Ciénegas y el desierto chihuahuense, habita una criatura única que ha perfeccionado el arte del camuflaje: la lagartija cornuda (Phrynosoma orbiculare).
También conocida como sapo cornudo, esta especie ha evolucionado para pasar desapercibida incluso en espacios abiertos.
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¿Cómo logra desaparecer sin moverse?
La clave de su invisibilidad está en su cuerpo cubierto de escamas espinosas y su coloración terrosa, que imita el suelo rocoso del desierto.
Según datos de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), esta especie presenta tonos grises, marrones y rojizos que se mezclan con el entorno, rompiendo su silueta visual para evitar ser detectada por depredadores.
Además, de acuerdo con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), su textura rugosa y su cuerpo aplanado reducen las sombras y reflejos, facilitando aún más el camuflaje.
Esta habilidad es tan eficaz que, cuando permanece inmóvil, es prácticamente indistinguible de una roca.
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¿Qué otras estrategias de defensa tiene?
El camuflaje no es su única arma. De acuerdo con estudios herpetológicos citados por la UNAM, la lagartija cornuda puede:
- Inflar su cuerpo para aparentar mayor tamaño y mostrar más sus espinas.
- Expulsar sangre por los ojos, un mecanismo que desconcierta a sus depredadores y los aleja por el mal sabor del líquido.
- Permanecer totalmente inmóvil durante largos periodos, lo que reduce el riesgo de ser vista por aves u otros cazadores.
Este mecanismo de defensa ocular, poco común en el reino animal, ha sido documentado por biólogos en México y Estados Unidos.
¿Por qué es tan importante para Coahuila?
La lagartija cornuda forma parte de la riqueza biológica de Coahuila y es un símbolo de su biodiversidad. De acuerdo con la NOM-059-SEMARNAT, está clasificada como especie “amenazada” por la presión que ejercen la pérdida de hábitat y el comercio ilegal.
También cumple una función ecológica muy importante al regular poblaciones de insectos como las hormigas, lo cual ayuda al equilibrio del ecosistema desértico. Además, investigadores de la Facultad de Ciencias Biológicas de la UANL han resaltado su relevancia como especie indicadora del estado de salud ambiental de las zonas áridas del norte del país.
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