Abandono del campo mexiquense: falta de apoyos, migración y cambio climático en el Edomex
La agricultura en Edomex se deteriora por escasos apoyos, costos altos y clima adverso; la migración de jóvenes agrava la crisis en las zonas rurales.
A lo largo del Estado de México, el campo vive una situación crítica marcada por el abandono de tierras, la migración de jóvenes y el impacto del clima.
La agricultura local atraviesa un deterioro constante, mientras los productores enfrentan falta de apoyos, competencia desleal y fenómenos naturales extremos que dificultan mantener en pie el cultivo de alimentos.
¿Qué está provocando el abandono del campo en el Edomex?
Los problemas que afectan al campo mexiquense no son nuevos, pero se han agudizado en los últimos años. Las principales causas identificadas por los productores y especialistas incluyen:
Escasez de programas públicos o créditos accesibles para el agro.
Incremento en los precios de fertilizantes, semillas y maquinaria.
Preferencia del mercado por alimentos importados más baratos.
Inestabilidad climática, con sequías y lluvias extremas.
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Este conjunto de factores limita la capacidad de los agricultores para sostener su actividad, obligándolos, en muchos casos, a dejar sus parcelas improductivas.
¿Qué consecuencias sociales trae la migración del campo a la ciudad?
La falta de oportunidades ha llevado a que muchos jóvenes abandonen el medio rural en busca de empleo en zonas urbanas. Esta migración ha provocado el envejecimiento de las comunidades agrícolas, donde ahora predominan personas mayores que, sin relevo generacional, ven difícil continuar con la labor del campo.
A la par, la salida de habitantes hacia las ciudades impacta negativamente en la seguridad alimentaria, al reducir la producción local y aumentar la dependencia del exterior.
¿Qué papel juega el cambio climático en la caída de la producción agrícola en el Estado de México?
El impacto del cambio climático se refleja en fenómenos como las lluvias intensas fuera de temporada o las sequías prolongadas, que afectan directamente la productividad. La agricultura, dependiente de los ciclos naturales, ha visto mermada su capacidad de respuesta ante estos eventos, perdiendo cosechas y recursos.
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