Juan Gabriel volvió al Zócalo de CDMX en histórico evento ¡FOTOS!
La CDMX vibró con un homenaje multitudinario a Juan Gabriel, organizado por Netflix y la Secretaría de Cultura capitalina.

A veces los ídolos regresan sin estar presentes. Esa fue la sensación que recorrió el Zócalo capitalino cuando, la noche del 8 de noviembre, más de 170 mil voces se unieron para cantar Querida, Hasta que te conocí y Amor eterno. No fue un simple evento: fue un ritual de memoria colectiva a Juan Gabriel.
Netflix, en colaboración con el Gobierno de la Ciudad de México y la Secretaría de Cultura local, logró lo que parecía imposible
Una multitud de todas las edades se congregaron para revivir el concierto que Juan Gabriel ofreció en el Palacio de Bellas Artes hace 35 años, ahora acompañado por escenas inéditas del archivo personal de Alberto Aguilera Valadez.
“Sentí como si él estuviera ahí, sonriéndonos desde las pantallas”, dijo emocionada María del Socorro, una fan de 62 años que viajó desde Chihuahua con una bandera bordada con el rostro del artista. “Yo lo vi en Bellas Artes en el 90, y esto fue igual de mágico. Juan Gabriel sigue vivo en cada canción.”

Un Zócalo lleno de color, lentejuelas y nostalgia
Desde la mañana, el centro histórico se tiñó de lentejuelas, sombreros, flores y pelucas negras perfectamente peinadas. Imitadores de Juanga se mezclaban entre familias completas y jóvenes que heredaron de sus abuelos el amor por el ídolo.
Mientras el público esperaba la proyección, las pantallas mostraban fotografías, cartas y videos inéditos del archivo personal del artista, que forman parte de la serie documental Juan Gabriel: Debo, puedo y quiero.
El ambiente era de romería y devoción popular. “Mi mamá me puso su nombre por él, me llamo Gabriela”, contó entre risas una joven de 24 años, vestida con una capa dorada. “Venir aquí es cumplir una promesa familiar. Juan Gabriel une generaciones”.

Voces femeninas tras el documental
Poco antes de la proyección, María José Cuevas, directora del documental, llegó acompañada de las productoras Laura Woldenberg e Ivonne Gutiérrez. Sin protocolos ni poses, se mezclaron entre la multitud, cantaron y bailaron con los asistentes.
“Este proyecto no solo cuenta la historia de un artista, sino la de un hombre que desafió prejuicios y cambió para siempre la manera de entender la música mexicana”, declaró Cuevas al público, recibiendo una ovación.
Su documental, que ya ocupa el puesto #1 de series en México y el #6 global de habla no inglesa, ofrece un acceso sin precedentes a los archivos personales del Divo, mostrando a Alberto Aguilera como nunca antes: íntimo, vulnerable, humano.
Un cierre con amor eterno a Juan Gabriel
El momento más emotivo llegó al final, cuando el Mariachi Estrella de América irrumpió en el escenario entre luces doradas. Entonces, Alicia González, la entrañable fan que protagonizó el tercer episodio del documental, subió al escenario.
Con voz temblorosa, entonó Yo no sé qué me pasó, acompañada por su hija y su nieta. Las tres, tomadas de la mano, cantaron mirando al cielo.
“Esto es para ti, Juanga”, dijo Alicia, y el público respondió con un aplauso que pareció no terminar nunca.

Más allá del Zócalo: Un homenaje a Juan Gabriel que se expande
Para quienes buscan seguir explorando el legado del artista, la celebración continúa en distintos puntos de la ciudad:
- Exhibición fotográfica del archivo personal de Juan Gabriel en el Ángel de la Independencia y la Glorieta de la Diana Cazadora, disponible hasta el 13 de noviembre.
- En la estación del Metro Bellas Artes, los viajeros podrán disfrutar de imágenes y recuerdos del ídolo hasta el 21 de noviembre.
“Debo, puedo y quiero”: el legado reinventado
La serie documental de Netflix Juan Gabriel: Debo, puedo y quiero ofrece un retrato íntimo del hombre detrás del mito.
A lo largo de cuatro episodios, la producción recorre su niñez en Parácuaro, su ascenso a la fama, su lucha contra los estigmas y su consagración como una de las voces más universales de la música en español.
“Queríamos mostrar al Alberto que soñaba, que sufría, que reía y que amaba profundamente a su público”, explica Woldenberg. “Porque detrás de las luces y los aplausos, había un artista que convirtió su vulnerabilidad en arte.”

Juan Gabriel: El Divo inmortal
Al final de la noche, mientras las luces del Zócalo se apagaban lentamente, quedaba la certeza de que Juan Gabriel nunca se fue. Su voz, su historia y su legado siguen latiendo en el corazón de millones.
“Yo no vine a despedirlo”, dijo entre lágrimas un hombre de voz ronca, envuelto en una bandera mexicana. “Vine a agradecerle por enseñarnos a cantar sin miedo.”
Y así, entre ecos de mariachi y pantallas que brillaban como altares, la Ciudad de México volvió a rendirse ante el Divo de Juárez. Un artista eterno, un ícono que sigue rompiendo récords… incluso desde el cielo.
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