El PAN no entiende que no entiende

CIUDAD DE MÉXICO.- La senadora Lilly Téllez es la prueba de que el PAN no entiende, que no entiende. Sobre las terapias de conversión aprobadas por la Cámara de Diputados publicó:

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Lo que aprobaron en la Cámara de Diputados y regresó al Senado:

👉 Da la posibilidad de que al PADRE, MADRE o TUTOR de un menor,

👉 se le CRIMINALICE con amonestación o apercibimiento,

👉 si se opone a que su hijo MENOR DE EDAD cambie de sexo.
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— Lilly Téllez (@LillyTellez) April 9, 2024

Lo que expone en su mensaje es mentira. En principio, porque el Capítulo IX denominado “Delitos contra la Orientación Sexual o la Identidad de Género de las Personas” que se aprobó añadir al Código Penal Federal, nunca menciona la palabra “sexo”. Para comprender las mentiras de Lilly, es necesario enfatizar que “sexo” y “género” no son lo mismo. La Organización Mundial de la Salud lo expone de forma sencilla: el sexo es biológico, el género es social. Si pretenden debatir este principio internacionalmente aceptado, busquen a expertxs en la salud con la paciencia suficiente para hacerlo, no a mí.

Ya con ese principio establecido. ¿Qué aprobaron en la Cámara Baja? Acordaron sancionar con “dos a seis años de prisión y multa de mil a dos mil veces el valor diario de la Unidad de Medida y Actualización, a quien realice, imparta, aplique, obligue o financie cualquier tipo de tratamiento, terapia, servicio o práctica que obstaculice, restrinja, impida, menoscabe, anule o suprima la orientación sexual, identidad o expresión de género de una persona”.

Dicho de otra forma, el castigo irá para quiénes mediante “tratamiento” busquen CAMBIAR la orientación sexual o identidad de género de alguien, sea mayor o menor de edad. Históricamente, las mal llamadas “terapias” han incluido abuso y tortura psicológica, física y hasta sexual.

La bancada del PAN en la cámara votó en contra. Le echaron la culpa a la redacción. En un comunicado afirmaron que en el partido tienen una “convicción inquebrantable con el respeto a la comunidad LGBTQI+”. Avísenle a América Rangel, Lilly Téllez y a Teresa Castell, se les perdió el memo. Luego, torpemente justificaron que su voto fue porque la propuesta no decía que las terapias prohibidas fueran aquellas ejercidas “con violencia y sin el consentimiento de la persona”.

La duda es: ¿para el PAN qué podría contemplarse como “violencia” y “consentimiento”? Si, por ejemplo, un menor de edad accede ir a una terapia de conversión porque de lo contrario podrían correrle de la casa, ¿dio su consentimiento y sus tutores no deberían ser sancionadxs? Si un padre católico le dice a una infancia trans que debe dejar de serlo porque de no ser así será quemadx en el infierno el resto de la eternidad, ¿eso no es violencia? La propuesta aprobada por la Cámara de Diputados no tiene ningún problema de redacción. El hecho es que el PAN quiere mantener las terapias de conversión siempre que no caigan en sus parámetros de lo que sería medieval.

Esta maroma no es nueva. Es la justificación que usó Xóchitl Gálvez cuando el tema llegó al Senado en 2022. La candidata a la presidencia aseguró entonces que “...no es cierto que el Partido Acción Nacional esté a favor de este tipo de terapias. Lo que hay es una confusión en la redacción para que no se vaya a criminalizar a alguien que de alguna manera está atendiendo el tema más en el lado psicológico…”

Xóchitl que presume su apoyo a las personas LGBTQI+ o no entiende que la propuesta del PAN no protegería debidamente a esta comunidad; o sí lo sabe y decide seguirles el juego para no perder respaldo al tiempo que hace uso político e hipócrita de una lucha histórica. Ustedes elijan cuál es la respuesta.

Para el desafortunado futuro incierto de lxs panistas, aunque quieran confundirnos, lo tenemos bien claro: facilitar atención psicológica a alguien para hablar de temas de género y sexualidad no va a criminalizarse. Lo ilegal será tratar de cambiar a las personas, ya que la identidad y sexualidad no pueden cambiarse. En otras palabras, porque no hay nada que curar. 

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