Alejandro Armenta cumple un año como gobernador de Puebla; 365 días de claroscuros
La electromovilidad aterrizó solo en 5 autobuses y no se pudo concretar el Centro de Alto Rendimiento en La Malinche

Este sábado 13, el gobernador Alejandro Armenta Mier presentará su primer informe de gobierno, después de un año de arranque que ha sido polémico pero también de estabilización en Puebla por la serie de mandatarios que ha tenido en pocos años.
En total Puebla ha tenido siete gobernadores en el último sexenio, la administración de Alejandro Armenta Mier proporcionó cierta estabilidad política a Puebla. Sin embargo, la estabilidad no ha sido completa debido a los graves problemas de inseguridad y de movilidad en toda la entidad.
Un año de claroscuros para Armenta
Una administración de claroscuros es lo que define a este primer año, donde los tumbos y las ocurrencias están más presentes en la opinión colectiva, que los aciertos.
Durante estos primeros 12 meses, la creación de las casas “Carmen Serdán”, para la atención de las mujeres violentadas; o bien, el Centro de Atención en Salud Mental para niños y adolescentes, la Universidad del Deporte o la Policía Forestal son aciertos que han sido poco cacareados por la propia administración.
En cambio, las ejecuciones, las muertes por “arrancones”, los constantes bloqueos carreteros, los fallidos proyectos del complejo turístico en La Malinche y de electromovilidad, o sus intentos de censura con la “Ley de Ciberseguridad”, han dejado mal parado al mandatario poblano.
Los viajes privados del mandatario poblano al extranjero, rentando un avión por más de 347 mil pesos, o la presión que ejerció sobre sus trabajadores para que lo alabaran a través de la plataforma digital “Nódica”, que lo exhibió a nivel nacional.
Pese a esto, le encuestadora nacional Enkoll difundió este viernes 12 de diciembre una encuesta en donde el mandatario poblano se ubica con el 60 por ciento de aprobación.
Te puede interesar....
Cablebus el proyecto del sexenio
Sin embargo, su proyecto más ambicioso es el del Cablebús: una imitación del Cablebús de la Ciudad de México, impuesto a los poblanos a pesar de que los problemas de movilidad de la capital del país y de Puebla son completamente diferentes.
Hasta ahora, el Cablebús poblano no ha sido presentado, no se ha mostrado algún estudio de factibilidad que sostenga que este servicio es realmente necesario y, en especial, que será rentable.
De acuerdo con lo que ha declarado el gobernador Armenta, la primera línea de Cablebús costará al erario más de 1 mil 500 millones de pesos, que servirá para conectar a la Angelópolis de norte a sur, pero el proyecto final superaría los 5 mil millones de pesos.
Te puede interesar....
¿La electromovilidad llegó a Puebla?
En marzo pasado, Alejandro Armenta presentó ante los medios cinco camiones de la marca china Yutong, que representaron una inversión superior a los 27 millones de pesos, y estos vehículos serían el ejemplo de la electromovilidad.
La realidad superó rápidamente al gobierno: los transportistas que recibieron unidades eléctricas e híbridas enfrentan incosteables pagos mensuales de 70 mil pesos.
Ante esto, el gobierno anunció una reestructuración de los esquemas de pago, pero ya existe un alto nivel de desconfianza entre los concesionarios, lo que ha frenado el interés por adquirir más unidades y ha puesto en riesgo el futuro de la electromovilidad en Puebla, pero abriendo la puerta a un sistema como el Cablebús.
Sin embargo, de acuerdo con el abogado poblano José Benito Andrade: “en México no existe una Norma Oficial Mexicana que regule la seguridad, el mantenimiento y la operación de teleféricos de pasajeros. Esto deja a la obra en un limbo legal, dependiente de estándares internacionales voluntarios y de la voluntad de los fabricantes extranjeros para su soporte técnico y de refacciones”.
¿Cuándo se terminará de pagar el cablebus?
La viabilidad financiera del proyecto es otro claroscuro: mientras el gobierno de Armenta calcula una tarifa de entre 10 y 12 pesos, los concesionarios de transporte público en la capital poblana estiman que se necesitaría cobrar 19 pesos sólo para alcanzar la rentabilidad.
Un simple cálculo ilustra la magnitud del reto que el mismo Armenta se está planteando: a un costo de 5 mil millones de pesos, una tarifa de 12 pesos y la capacidad proyectada de 36 mil usuarios diarios, los ingresos anuales serían de unos 157 millones de pesos. Bajo este escenario optimista, y sin considerar costos de operación y mantenimiento, la obra tardaría casi 32 años en pagarse sola.
Este panorama contrasta brutalmente con casos de éxito en la región. El teleférico del Pueblo Mágico de Orizaba, Veracruz, el único teleférico que existe en todo el sureste del país, requirió una inversión de aproximadamente 60 millones de pesos.
Con una tarifa de 50 pesos y un flujo de 1,200 personas al día, genera ingresos diarios de unos 60 mil pesos. A ese ritmo, la inversión se recuperó en poco más de 2 años y medio, sin contar los gastos operativos, demostrando una lógica financiera clara y una escala adecuada a su propósito turístico, gracias a estudios de viabilidad.
El Cablebús de Puebla se proyecta como la solución a la crisis de movilidad, heredada de décadas, sino como un proyecto que podría perpetuar el deterioro de las calles, de los tiempos de traslado, y del imperio del automovilista por encima del peatón.
Entre el fracaso de la electromovilidad, las advertencias de los urbanistas y las cuentas que no cuadran, Puebla está una encrucijada respecto a una obra visionaria y de futuro, o bien, ante el próximo elefante blanco que deberá ser pagado y mantenido por generaciones.
Te puede interesar....













