El Día del niño en México, es para menores migrantes un sentimiento agridulce

CIUDAD DE MÉXICO.- Brittany tiene tres años de edad, celebra algo nuevo, el día del niño que ella nunca antes había celebrado y que hoy, le trajo de regalo un pequeño aro de color rosa.

Brittany viajó desde Honduras junto con sus padres y un hermano, en busca del llamado sueño americano, pero el despertar de ese sueño que no se ha cumplido, los mantiene en México con la fe de poder llegar a ese lugar, pero en medio de sentimientos encontrados.

Noel y Jocelyn son dos jóvenes padres que hacen no mucho tiempo, eran niños con sueños llenos de alegría y esperanza. Se enfrentan ahora a la incertidumbre de estar en un país donde no pueden cumplir sus sueños ni los de sus hijos.

Recuerdan jugar en la tierra en su natal, Honduras o ir a la escuela, y saben que sus hijos no se dan cuenta de las carencias que enfrentan todos los días para mantenerse con vida, pero que hoy ese regalo les llegó de sorpresa para alegrarles unos minutos la vida.

Tyler y Aaron son dos niños venezolanos quienes tienen las manos llenas de dulces que pareciera les regalaron, pero que en realidad venden a cinco pesos para tener algo que comer.

Son muy platicadores, pero cuando está la cámara encendida se les va esa chispa. Sin duda son ajenos a las adversidades que enfrentan junto con su padre en su camino a los Estados Unidos.

Un estudio realizado recientemente refleja que más de 80,000 menores, indocumentados afrontaron problemas en su viaje por México, desde sus tierras de origen, y que les provoca ansiedad, estrés y tristeza.

Para la organización “My mexican friend” existe una problemática que se ha venido incrementando en los últimos años y es la imposibilidad de comunicarse claramente, que hace que los niños, además se sientan intimidados.

Hasta hace unos años, las condiciones migratorias hacían que luego del inglés, el alemán fuera la lengua que más se hablaba entre los migrantes y hoy en día por la ola haitiana que azota su paso por México, el francés se convirtió en el segundo idioma, más hablado por los menores migrantes.

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