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México

Estas son las ciudades mexicanas más resilientes al cambio climático

Conoce cuales son las ciudades de México que más han resistido a las constantes afectaciones que se presentan por el cambio climático.

Zona desértica Foto: Jafet Moz
Zona desértica Foto: Jafet Moz

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Por: Carlos Rocha

Los memes de toda clase comenzaron a circular en los grupos de WhatsApp, perfiles de Facebook y en todas la redes sociales de Nuevo León la tarde del viernes 3 de junio de 2022.

Esto ocurrió justo después de que el entonces director de Servicios de Agua y Drenaje de la ciudad de Monterrey, Juan Ignacio Barragán, anunciara que la ciudad y su zona metropolitana tendrían suministro de agua únicamente de 4 a 10 de la mañana por día.

Sin más, la falta de lluvias dejó sin agua a la capital regia y eso fue el principio. Semanas después, las presas de Cerro Prieto y de La Boca se quedaron sin abasto. Muchos conocieron por vez primera el lecho de estos embalses que incluso son atractivo turístico los fines de semana.

Por decenas de miles, las familias regiomontanas conocieron lo que es bañarse a jicarazos, además de salir a apartar agua de unos enormes contenedores negros que fueron colocados por los ayuntamientos en las diferentes unidades habitacionales.

Puebla y Tabasco también sufrieron las repercusiones de la falta de agua

Al mismo tiempo, pero a 1 mil 200 kilómetros de distancia hacia el sur, en el municipio de Acatlán, Puebla, los productores de cacahuate de la región Mixteca perdieron 50 por ciento de su producción por la sequía

Puebla es el octavo productor nacional de cacahuate, pero ese año los campesinos sólo pudieron cosechar 4 mil toneladas debido a que las plantaciones se secaron. Algunos campesinos decidieron irse con sus familiares a Estados Unidos, no sólo para resarcir la pérdida, sino para ya no regresar a México a labrar la tierra. 

Más al sur, a 758 kilómetros de distancia, en una comunidad llamada El Bosque, en el estado de Tabasco, los pescadores ven cómo el mar les va ganando terreno y va desapareciendo sus casas, más de 20 ya destruidas por el embate del agua.

La playa y el mar quedaban a medio kilómetro, pero ahora en un proceso de 3 años, el pueblo está inundado y no hay manera de revertirlo, indicó el diario español alertando sobre la gravedad del problema en el futuro inmediato, se puede apreciar en un documental de 8 minutos que revela la gravedad de la situación, llamado “El pueblo que se tragó el mar”.

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El cambio climático ya está en México

De acuerdo a datos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), el 85 por ciento del territorio nacional enfrentó en 2021 la sequía más severa registrada hasta entonces. 

Mientras que el huracán Grace, categoría 3, causó severos daños en Veracruz y Puebla en 202, para 2023 por vez primera un huracán categoría 5, Otis, arrasó con el puerto de Acapulco y devastó la costa de Guerrero. A la fecha, este destino turístico no se ha vuelto a recuperar y no existen visos de que eso vaya a ocurrir en el corto plazo. 

Un reporte de 2022 del Panel Internacional para el Cambio Climático (IPCC, en inglés) señala que el incremento del calor en la zona norte de México, sumado a la creciente escasez de agua, podría dejar inhabitables algunas regiones, como la de Mexicali. 

Los registros de la Conagua, a través del Sistema Meteorológico Nacional, muestran que gran parte de los estados de Sonora y Chihuahua registraron temperaturas superiores a los 45 grados a la sombra durante el verano pasado

Datos del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM estiman que para el año 2080, México perderá de 25 a 35 por ciento de su potencial productivo de maíz por hectárea sembrada. 

Lo anterior debido a las modificaciones en los ciclos pluviales, las temperaturas extremas tanto en frío como en calor, las sequías prolongadas, las lluvias intensas y los huracanes. 

En México se siembran más de 6 millones 923 mil hectáreas que producen una cantidad superior a las 27 millones 549 toneladas de maíz, siendo nuestro país el sextp productor mundial de este cereal, pero el tercer importador mundial debido en parte a las sequías. 

Lo anterior tendría un impacto invariable en el abastecimiento de este alimento, que es la base de la dieta de los mexicanos por su producto principal: las tortillas, y siendo las grandes ciudades las más perjudicadas.

Las ciudades contra el cambio climático 

Información cruzada de la Universidad Autónoma Metropolitana, del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua y de la Comisión Nacional para la Prevención de Desastres indican que el impacto del cambio climático tendría mayor efecto sobre la Megalópolis que constituyen la Ciudad de México y las ciudades a su alrededor como lo son Puebla, Cuernavaca, Toluca, Querétaro, Tlaxcala y Pachuca. 

En la Megalópolis habitan más de 32 millones de personas, un cuarto de la población total del país, donde más de 21 millones se concentran en la Ciudad de México y su zona metropolitana. 

Aquí, la isla de calor que genera la capital de la República es 4 grados más caliente que en las zonas rurales, debido a la alta urbanización, además de que el abasto de agua es cada vez más insuficiente: el Sistema Cutzamala sólo opera a 40 por ciento de su capacidad. 

Tanto Pachuca, Toluca y Puebla padecen de acuíferos sobreexplotados, y las temporadas de lluvias en estas capitales, a pesar de las inundaciones y daños millonarios que causan, no son suficientes para recargar sus mantos freáticos debido a la extracción excesiva.

En el Norte de México, el Sistema Nacional de Información del Agua y Monitoreo de las Principales Presas de México informó en abril pasado que los 41 embalses de esta región se encuentran a 47 por ciento de su capacidad

Algunos casos son extremos, como el de la presa Abelardo L. Rodríguez, en Hermosillo, Sonora, que reportó cero por ciento de su capacidad; o la presa Adolfo Ruiz Cortines, en Álamo, Sonora, que tuvo 1 por ciento. Las presas de Chihuahua y Tamaulipas no superaron el 12 por ciento de su capacidad. 

 El Plan Nacional Hídrico contempla la construcción de 3 presas más en el estado de Sonora, las cuales servirán para garantizar el abasto de agua para consumo humano. Si bien su construcción iniciará este 2025, los pronósticos indican que este año será el más caluroso del que se tenga registro en la historia.

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¿Qué es la Ley General para el Cambio Climático?

En México existe la Ley General para el Cambio Climático (LGCC), promulgada desde 2012 y reformada en 2018. Esta ley tiene, entre otras metas, regular las emisiones de gases de efecto invernadero, reducir la vulnerabilidad de los ecosistemas; transitar la economía a una de baja emisión de carbono y contribuir como país a alcanzar los Acuerdos de París para el cambio climático

En el caso de los Acuerdos de París, México estableció su meta originalmente en 22 por ciento la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, principales detonantes del cambio climático, esto para el año 2030.

Sin embargo, en 2022, ya en la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, el país se comprometió a reducir el 35 por ciento de sus emisiones, esto en el marco de la 27va Conferencia de la Convención de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, en Egipto. 

México expuso que con 35 medidas en tres rubros: soluciones naturales, transporte bajo en carbono y regulación y fomento industrial, la mitigación anual estimada sería de 88.9 millones de toneladas de bióxido de carbono equivalente (MtCO2) para el año 2030. 

En ese sentido, uno de los programas estrella de la pasada administración, Sembrando Vida, mitigó al año 4 millones de toneladas de bióxido de carbono, según un comunicado de prensa del 29 de octubre de ese año.

En ese mismo documento, también se expone que el Tren Maya es parte de la electromovilidad que para reducir la huella de carbono.  

Sin embargo, el escenario no parece ser el mejor para alcanzar esas metas: los combustibles fósiles siguen siendo la principal fuente de energía en el país, ocupando 64 por ciento de la matriz energética nacional que, además, este sector es el más contaminante, según la Secretaría de Economía.

A partir de 2018, el presupuesto a las energías renovables se ha ido recortando gradualmente, además de que la pasada administración federal tuvo en la refinería de Dos Bocas a su proyecto más emblemático

El Global Forest Watch de 2024 señala que México pierde un estimado de 280 mil hectáreas de bosques y selvas cada año, lo que facilita la liberación de dióxido de carbono a la atmosfera. 

En ese sentido, México se encuentra lejos de cumplir con la meta establecida en los próximos 5 años, pues datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), señalan que el país llevaría un 12 por ciento de reducción de gases de efecto invernadero, contra 25 por ciento que lleva Costa Rica (que se planteó una meta de 44 por ciento en 2030), y de Colombia, que lleva una reducción de 18 por ciento.

Ciudad de México 

El Plan de Acción Climática de la Ciudad de México (PACCM) es la política pública más desarrollada para alcanzar una meta de reducción de 30 por ciento de sus emisiones de carbono

La capital ha tenido respuestas efectivas en el desarrollo del Sistema de Transporte Electrificado, con el Metrobús eléctrico, así como las líneas 1, 2 y 3 del Cablebús y, en su momento, el sistema de ecobicicletas

Además, facilitó en sus normas de construcción la creación de edificios con techos verdes y sistemas de captación de agua pluvial. 

El rescate de áreas verdes ha sido otra prioridad para el gobierno capitalino, que entre 2020 y 2024 ha reforestado diversas zonas de la ciudad con 15 millones de árboles

Si bien persisten las contingencias por ozono debido a las altas concentraciones de contaminación, facilitadas por megamarchas, problemas de inundaciones, entre otros, la Ciudad de México ha podido reducir 2.5 millones de toneladas de dióxido de carbono anuales, según el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático. 

Monterrey

Aun cuando la capital de Nuevo León no tiene políticas públicas formales como la Ciudad de México en cuando a cambio climático, las acciones conjuntas entre el ayuntamiento, iniciativa privada y organizaciones de la sociedad civil han dado resultados eficientes. 

Ante las sequías severas, con el apoyo de la iniciativa privada se establecieron plantas de tratamiento y de rehúso de agua desde la presa La Boca, para que, entre otras medidas, se puedan reusar más de 3 mil litros por segundo en el año 2027. 

Con empresas mineras se está trabajando en la creación y generación de energía eólica en diversas regiones del Noreste, que abastecen no sólo a sus empresas sino también a la capital regia y a otros municipios. Los parques eólicos más conocidos son Santa Catarina, Dolores y Ventika I y II. 

Si bien no pertenece a Monterrey, sino al municipio de Santa Catarina, el parque de La Huasteca, dentro del Parque Nacional Cumbres de Monterrey, ha contruibudo favorablemente a mitigar la isla de calor y la reducción de carbono en esta zona, con sus 200 hectáreas de entorno natural. 

Mérida

Mérida, Yucatán, destaca por ser quizás el único municipio del país que tiene un Plan de Acción Climática Municipal. A diferencia de Guadalajara, que tiene un plan de acción metropolitano y es coordinado por el Gobierno del Estado, el de Mérida es estrictamente diseñado y aplicado por el ayuntamiento. 

Este plan contempla la aplicación de un sistema de infraestructura verde, así como soluciones basadas en la naturaleza, como la gestión del agua, especialmente en los cenotes. 

Otro aspecto favorable de las acciones de Mérida es la Reserva Ecológica Cuxtal, un área de selva de 10.7 hectáreas, que provee de más del 50 por ciento del agua que se consume en la capital yucateca, sino también es hogar de 168 especies de animales nativos, plantas y aves migratorias. 

De acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad, con estas acciones Mérida presentaría el menor índice de vulnerabilidad climática de todo el país. 

Torreón 

En la región de La Laguna, el cambio climático ha complicado los esfuerzos para el abasto del agua potable, pues la región donde se asientan Torreón, Coahuila, y Gómez Palacio, Durango, es semidesértica, con escasas lluvias al año. 

Pero además, tiene otro peligro: el agua que se consume se localiza a gran profundidad que, al filtrarse, disuelve varios minerales, entre ellos el arsénico, que es altamente tóxico y causante de cáncer, además de enfermedades cardiovasculares

En esta región es común encontrar a personas con los pies negros o las manos llenas de granos y llagas que, hoy se sabe, es producido por el consumo de agua con arsénico

Desde 2021, con universidades y organizaciones civiles se están desarrollando destiladores solares para mejorar la calidad del agua potable en esta región. Además, tanto empresarios hoteleros como agricultores laguneros están tratando hasta el 80 por ciento del agua que consumen, para destinarla al riego agrícola

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Oaxaca

En Oaxaca capital, como en muchas otras ciudades del país, el acceso al agua tanto por efectos de las sequías como su infraestructura deficiente hace que al menos 25 por ciento de su población no tenga acceso regular al servicio de agua potable, según el gobierno municipal. 

En diversas partes de la ciudad, la población ha comenzado a instalar sus propias “cajas de agua”, también conocidas como aljibes.

La idea originalmente fue de indígenas zapotecos y mixtecos que captaban agua de lluvia para sus siembras de cacao y café, debido a la sequía severa y extrema en más de la mitad de sus 570 municipios. 

Ahora, en al menos 50 municipios oaxaqueños ya cuentan con agua para consumo humano durante todo el año, resistiendo mejor los efectos del cambio climático, y esta técnica se está introduciendo en la capital.

En algunas escuelas primarias, a los menores se les esta enseñando la captación de agua de lluvia con el uso de filtros de barro.

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