¿Qué son las ciudades santuario y por qué el Zar Fronterizo va contra ellas?
Las ciudades santuario se convierten en una foco importante de migrantes que llegan a Estados Unidos en busca de el sueño americano.

ESTADOS UNIDOS.- En los últimos años, las ciudades santuario se han convertido en un símbolo de resistencia frente a la retórica antiinmigrante y las políticas restrictivas de deportación en Estados Unidos.
Estas comunidades, dispersas a lo largo y ancho del país, han adoptado políticas que priorizan la protección de los derechos humanos, el respeto a las leyes constitucionales y la promoción del crecimiento comunitario con la contribución de inmigrantes.
¿Qué son las ciudades santuario?
El término "ciudad santuario" no tiene un significado legal estricto, pero se refiere a aquellas localidades que implementan políticas, formales o informales, destinadas a limitar la colaboración entre las autoridades locales y los agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). Estas políticas suelen impedir que la policía local informe sobre el estatus migratorio de las personas, excepto en casos relacionados con delitos graves.
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Además de las ciudades, existen condados y estados enteros que se identifican como santuarios, como California, Nueva York y Vermont, entre otros. En estos lugares, se desalienta o prohíbe la cooperación con ICE en casos de inmigrantes indocumentados arrestados por delitos menores, asegurando que el enfoque esté en la justicia local y no en la deportación.
¿Qué opinó el Zar Fronterizo sobre las ciudades santuario?
Tom Homan, exdirector del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y conocido como "el zar fronterizo", ha declarado su intención de intensificar las medidas contra las ciudades santuario en Estados Unidos. En un reciente discurso, Homan aseguró que estas políticas de protección para inmigrantes indocumentados ya no serán toleradas bajo una eventual nueva administración de Donald Trump.
Homan ha advertido que las ciudades santuario “no sobrevivirán” bajo un gobierno de Trump. En su calidad de asesor principal del expresidente, asegura estar trabajando activamente para debilitar estas políticas que, según él, impiden una aplicación efectiva de las leyes migratorias. En respuesta a las declaraciones del gobernador de Illinois, JB Pritzker, quien cuestionó su autoridad para implementar deportaciones masivas, Homan replicó: “Ya veremos. Soy asesor principal del presidente de los Estados Unidos”, dejando claro que tiene la intención de liderar los esfuerzos federales para desmantelar estas medidas locales.
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¿Cómo funcionan las ciudades santuario?
El proceso comienza generalmente con un contacto inicial entre un individuo y las autoridades locales, ya sea por una infracción menor como exceso de velocidad o por una investigación criminal. Si ICE detecta que esta persona no tiene documentación migratoria, puede solicitar que se detenga al individuo por 48 horas adicionales, permitiendo iniciar los trámites de deportación. Sin embargo, las ciudades santuario suelen rechazar estas solicitudes de detención adicional, siguiendo los lineamientos de la Cuarta Enmienda, que protege contra arrestos arbitrarios.
La negativa a colaborar con ICE no implica que las ciudades santuario promuevan la ilegalidad. De hecho, estas localidades comparten información con el FBI y procesan a las personas que han cometido delitos graves. No obstante, rechazan que se utilicen los recursos locales para actividades de inmigración que competen al gobierno federal.
¿Cuál es el origen de las ciudades santuario?
El concepto de "santuario" en Estados Unidos tiene raíces históricas que se remontan a la década de 1970, cuando la ciudad de Berkeley, California, se declaró un refugio seguro para los soldados que se oponían a la guerra de Vietnam. En las décadas siguientes, el movimiento evolucionó hacia la protección de refugiados de conflictos en Centroamérica, como en El Salvador y Guatemala, en gran parte impulsado por grupos religiosos.
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Con el tiempo, estas iniciativas se transformaron en un enfoque más amplio centrado en los derechos humanos. Durante la década de 2000, ante el aumento de medidas de deportación, el término adquirió una dimensión política y social más marcada, convirtiéndose en una herramienta de resistencia frente a políticas consideradas inhumanas.