Lucrando con sombrero ajeno
El asesinato de Carlos Manzo fue usado por la oposición para impulsar el movimiento “Generación Z”, cooptando símbolos juveniles y luchas sociales con fines políticos.
El trágico asesinato de Carlos Manzo se convirtió en una herramienta propagandística para grupos de la oposición y la ultraderecha mexicana, mismos sectores que coincidentemente impulsan un supuesto movimiento llamado “Generación Z”. Para comprender cómo todos estos elementos se ligan, es necesario hacer un análisis cronológico de los hechos.
El recuento de hechos inicia en septiembre en Nepal. Ahí, jóvenes de la generación Z (quienes nacieron entre 1997 y 2012) derrocaron a su gobierno. Se levantaron tras el hartazgo por la corrupción y el cierre de redes sociales. En las protestas utilizaron una bandera de una popular serie animada llamada “One Piece”.
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Debo reconocer que no la he visto, pero por lo que pude familiarizarme, en resumidas cuentas se trata de Luffy, un pirata que viaja luchando contra el autoritarismo. Esta bandera ha sido retomada como un símbolo de resistencia juvenil en distintas partes del mundo. Después de Nepal fue vista en manifestaciones en Madagascar y Perú.
El 15 de octubre, una cuenta en “X” llamada “Generación Z México” hizo su primera publicación tras más de un año de estar inactiva. Las últimas publicaciones de este perfil fueron el 1 de agosto de 2024, defendiendo a la oposición venezolana. Retuiteaban a Edmundo González y a María Corina Machado.
Es evidente que la oposición venezolana es la fuerza opositora a un régimen antidemocrático, pero también es indudable que su figura principal, María Corina, es una sionista, trumpista, que además ha defendido la intervención militar estadounidense en su propio país.
No por nada el Consejo Noruego por la Paz canceló el evento de premiación a la venezolana galardonada con el Nobel al considerar que ella “no estaba en conformidad con los valores fundamentales del Consejo”.
Entonces, que la cuenta de la “Generación Z México” fuera una cuenta abandonada que antes sólo había servido para impulsar las interacciones de la oposición venezolana, es claramente sospechoso.
Por días, la cuenta de la “Generación Z México” se la pasó publicando contenido genérico contra el gobierno actual, hecho con inteligencia artificial. Esto también levanta las alertas. No promovían causas concretas y tampoco difundían contenido de jóvenes reales.
El tono escaló cuando el 24 y 27 de octubre publicaron videos (también con IA) de protestas en el Zócalo capitalino: uno con una guillotina, y otro con Palacio Nacional (donde vive la presidenta) en llamas.
Si estos no son llamados a asesinar a la presidenta, ¿cómo quieren que los interpretemos? Para sumarle a los focos rojos, el 26 de octubre publicaron un comunicado en el que escribieron: “No somos ni de izquierda ni de derecha”, típica frase de la derecha.
La cuenta de “Generación Z México” pasó varios días sin tener mayor tracción hasta el primero de noviembre, día del trágico asesinato de Carlos Manzo, alcalde independiente de Uruapan.
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Carlos fue el el décimo alcalde en ser asesinado en lo que va del sexenio, pero para muchas personas, su homicidio se sintió distinto. Era un luchador social, alguien que tenía su propio movimiento alejado de los partidos políticos, era alguien que además había decidido dedicarse a servir al pueblo de Uruapan a sabiendas de que se ponía en peligro.
Ese día que estremeció a todo el país, la cuenta de “Generación Z México” tuvo su primer tuit viral: un comunicado condenando los hechos. La publicación acumula más de 71 mil me gustas y más de 2 millones de visualizaciones.
A partir de ahí, el enfoque cambió. Ahora, casi todas sus publicaciones son sobre Carlos. Intentan movilizar a la gente por la ira que causó su asesinato planteando que la concentración programada para el 15 de noviembre es por el homicidio, cuando realmente, la convocatoria era previa. Antes pintaban al gobierno de ser ineptos y corruptos, ahora, los tachan de asesinos.
La cuenta de “Generación Z México” niega ser parte del “PRIAN” pero es inevitable cuestionarse los intereses de fondo al ver quiénes están promoviendo la cuenta: Ricardo Salinas Pliego retuiteó una de sus publicaciones del 2 de noviembre; Miguel De Samaniego, vocero juvenil del PAN convocó a la marcha en un tuit este 5 de noviembre; y para colmo, el 4 de este mes, Carlos Mancilla, diputado del PRI salió en tribuna con la característica bandera de “One Piece” de fondo.
Aquí vale la pena hacer un pequeño paréntesis: la cuenta oficial de “Guacamaya Leaks” compartió la foto de Mancilla en tribuna, misma cuenta que apenas unos días atrás, el 3 de noviembre, publicó una fotografía de Ricardo Salinas Pliego ensombrerado con la descripción: “El hombre del pueblo, Ricardo Salinas Pliego ya es una opción real para rescatar a México del narco régimen de Claudia Sheinbaum”.
Y pensar que Guacamaya Leaks se planteaba como una fuente confiable y apartidista de información sobre filtraciones… decepcionante.
Al ver lo que está sucediendo con el movimiento de la “Generación Z” me es inevitable sentir un déjà vu. Me recuerda a lo que ocurrió con la “Marea Rosa”. Sí existían reclamos legítimos, pero el movimiento fue cooptado.
No me cansaré de recordar que el periodista Zedryk Raziel reveló en el periódico “El País” cómo el PAN estuvo inmiscuido en la planeación de las movilizaciones en defensa del INE. Digo, no debería sorprenderle a nadie, al final, utilizaron una de estas marchas como mitin de cierre de campaña de la candidata de PRI-PAN-PRD, Xóchitl Gálvez.
Quizás, tanto la “Marea Rosa” como la “Generación Z” tienen personas que orgánicamente se involucraron por la defensa de causas legítimas, pero para este punto, ambos movimientos están manchados.
Esa cooptación de luchas ajenas ya parece el modus operandi de la oposición mexicana. El último caso de esto es lo que están haciendo con el “Movimiento del Sombrero” de Carlos Manzo.
Como candidato a la alcaldía, Manzo, caracterizado por siempre portar un sombrero, creó este movimiento que defendía la lucha contra la corrupción y la inseguridad.
Era un movimiento honesto, legítimo y apartidista. Ahora, diversas figuras de oposición intentan apropiarse esta lucha ajena. Los ejemplos más claros son Ricardo Salinas Pliego y Alejandro Moreno, líder nacional del PRI. Salinas Pliego cambió su foto de perfil, ahora aparece con un sombrero como el de Manzo. También renovó su banner en “X”, con un fondo negro y un sombrero ensangrentado.
Moreno igual ha lucrado con el símbolo del sombrero. Su bancada llevó sombreros ensangrentados al congreso, y en entrevista para el canal de Youtube de ultraderecha “Atypical Te Ve”, apareció con un sombrero manchado de rojo.
El “Movimiento del Sombrero” no representa a figuras como Salinas Pliego y Moreno. Recordemos que Carlos empezó su carrera en Morena (siendo un visible opositor de la guerra contra el narco del PAN y PRI), y posteriormente decidió deslindarse de todos los partidos.
Ahora, estos personajes se asocian con Manzo porque saben que pueden beneficiarse con su imagen, con lo que representaba.
Usar la imagen del exalcalde de Uruapan también ha sido lucrativo para la cuenta de la “Generación Z”, perfil que promueve la violencia, mientras la verdadera representante del “Movimiento del Sombrero”, Grecia Quiroz, viuda de Manzo, ahora alcaldesa de Uruapan, pidió un alto a la violencia en las manifestaciones afirmando que estos actos no representaban a su esposo.
Al final, a la oposición mexicana parece no importarle apropiarse de luchas ajenas si eso les sirve para beneficio propio. Moreno se apropia de la lucha de Manzo intentado que su partido no pierda el registro, y Salinas Pliego lo hace para plantearse como un candidato presidenciable en 2030.
El efecto inmediato es la deslegitimación de posibles movimientos genuinos, eso no les importa.
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