Así puedes evitar las lágrimas al cortar cebolla, según la ciencia
¿Te pasa que apenas tocas la cebolla y ya estás llorando como en final de telenovela? La ciencia tiene la respuesta… y también la solución.

Cortar cebolla es una de esas tareas inevitables en la cocina, pero también una de las más temidas, y es que, no importa si eres experto o principiante, basta con rebanar unos cuantos aros para que tus ojos comiencen a arder, tu nariz a moquear y el drama se apodere del momento.
Aunque existen múltiples remedios caseros que prometen acabar con el lagrimeo, desde cuchillos fríos hasta velas encendidas, pocos tienen sustento científico.
Afortunadamente, un grupo de investigadores de la Universidad de Cornell en colaboración con la House Foods Corporation de Japón descubrieron la enzima clave que provoca este efecto.
Gracias a este hallazgo, hoy sabemos cómo combatirlo de manera efectiva sin tener que recurrir a mitos ni a soluciones improvisadas.
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¿Por qué la cebolla nos hace llorar?
Todo comienza cuando se rompen las células de la cebolla al cortarla, este daño libera una enzima llamada alliinasa, que convierte los aminoácidos sulfoxidos en ácidos sulfénicos.
Luego entra en acción una segunda enzima, la lachrymatory-factor synthase (LFS), descubierta en 2002 por un equipo de científicos de Cornell encabezado por Shinsuke Imai (Nature, 2002), esta es la responsable de transformar los ácidos sulfénicos en syn-propanethial-S-oxide, un gas volátil conocido como factor lacrimógeno.
Cuando este gas entra en contacto con tus ojos, activa los receptores nerviosos de la córnea, lo que provoca irritación y una respuesta defensiva, las lágrimas.
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¿Qué técnicas científicas funcionan para evitar el lagrimeo?
A diferencia de los trucos populares sin respaldo, algunas técnicas sí cuentan con fundamentos sólidos y son recomendadas por especialistas en bioquímica vegetal:
- Enfriar la cebolla antes de cortarla
Guardarla en el refrigerador por 30 minutos reduce la volatilidad del factor lacrimógeno, limitando su propagación en el aire.
- Utilizar cuchillos bien afilados
Un cuchillo sin filo aplasta más que corta, rompiendo más células y liberando mayor cantidad de enzimas, un corte limpio minimiza la reacción.
- Cortar en un lugar ventilado
Usar la campana extractora, abrir una ventana o incluso colocar un ventilador ayuda a dispersar el gas y evitar que llegue a los ojos.
¿Qué otros trucos populares para cortar cebolla sí y no funcionan?
Algunos remedios caseros han demostrado poca eficacia científica, por ejemplo:
- Masticar pan o chicle mientras cortas cebolla no tiene evidencia sólida, aunque algunas personas lo consideran útil por distracción o respiración bucal.
- Encender una vela cerca no ayuda a quemar el gas, como muchos creen, ya que este se dispersa rápidamente en el aire.
- Remojar la cebolla puede funcionar parcialmente, pero también altera su textura y sabor.
En cambio, utilizar gafas herméticas o de natación sí bloquea físicamente el contacto del gas con los ojos, lo que las convierte en una opción efectiva (aunque poco glamorosa).
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