¿Puede la dieta keto beneficiar la salud mental?
De acuerdo con estudios científicos sugieren que la dieta cetogénica o keto, podría tener efectos positivos en el cerebro y la salud mental.
MONTERREY, Nuevo León.- La dieta cetogénica, o keto, ha ganado popularidad por sus efectos en la pérdida de peso y el control de enfermedades metabólicas, pero también ha despertado el interés de la comunidad científica por sus posibles beneficios en la salud mental.
Esta dieta, caracterizada por un alto consumo de grasas y una reducción drástica de carbohidratos, induce un estado metabólico llamado cetosis, en el cual el cuerpo utiliza grasas como principal fuente de energía en lugar de glucosa.
Estudios recientes sugieren que este cambio metabólico podría tener efectos positivos en el cerebro y la salud mental.
Por ejemplo un estudio realizado en 2019 por Kossoff et, ha demostrado que la dieta cetogénica es efectiva en el tratamiento de la epilepsia, reduciendo significativamente las convulsiones en pacientes pediátricos refractarios a medicamentos.
Además, se ha encontrado que la cetosis tiene efectos antiinflamatorios en el cerebro, lo que podría ser beneficioso para combatir la depresión y la ansiedad.
En el caso de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson, un estudio publicado en la revista Neurobiology of Disease en 2020, liderado por Bostock et al, demostró que la dieta cetogénica puede mejorar la función cognitiva y reducir el deterioro cerebral.
Asimismo, se ha explorado el potencial de la dieta keto en trastornos graves como el trastorno bipolar y la esquizofrenia, con resultados prometedores que sugieren una mejora en el estado de ánimo y la cognición.
A pesar de estos hallazgos alentadores, se deben tener en cuenta algunas limitaciones y precauciones. Por ejemplo, la dieta cetogénica podría no ser adecuada para todos los pacientes, y algunos pueden experimentar efectos adversos como irritabilidad o fatiga.
Además, se ha planteado la preocupación sobre el impacto de esta dieta en la microbiota intestinal, lo que podría tener consecuencias negativas para la salud mental a largo plazo.
Sin embargo, se necesitan más estudios rigurosos para confirmar estos hallazgos y determinar su efectividad en la población general.