FGR destruye en Tamaulipas 23 vehículos "monstruos" decomisados al crimen organizado
Los vehículos, con blindaje artesanal y estructura de guerra, fueron decomisados en diversos operativos militares y posteriormente destruidos por la Fiscalía General de la República.
La Fiscalía General de la República (FGR) destruyó 23 conocidos como “monstruos”, utilizados por grupos criminales en Tamaulipas, como parte del Programa de Destino de Bienes y Objetos del Delito. Estas unidades, equipadas con blindaje artesanal y características propias de vehículos de combate, fueron aseguradas en distintos operativos coordinados por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), la Guardia Estatal y la Guardia Nacional.
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La destrucción se llevó a cabo bajo supervisión del Ministerio Público Federal (MPF), peritos oficiales y personal del Órgano Interno de Control de la FGR, quienes verificaron que el procedimiento cumpliera con todos los lineamientos legales. Los vehículos estaban relacionados con 21 expedientes abiertos y fueron concentrados en instalaciones federales antes de su desmantelamiento.
¿Qué son los “monstruos” y por qué son tan peligrosos?
En los últimos años, los llamados “monstruos” se han convertido en símbolo del poderío armado de las organizaciones criminales en el noreste de México. Son camionetas y camiones modificados con acero, placas de blindaje y estructuras soldadas que pueden resistir disparos de alto calibre e incluso explosivos.
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Su diseño improvisado, aunque rudimentario, les da capacidad para moverse en zonas rurales y enfrentar directamente a las fuerzas de seguridad. Muchos cuentan con torretas giratorias, compartimentos para armas largas y vidrios reforzados.
Los expertos en seguridad los describen como “vehículos de guerra en manos de civiles”, creados para proteger a los grupos delictivos durante enfrentamientos o para controlar rutas estratégicas en el tráfico de drogas y armas.
¿Dónde fueron decomisados los vehículos?
Los 23 “monstruos” fueron incautados en distintas operaciones realizadas en municipios como Reynosa, Matamoros, Miguel Alemán y Nuevo Laredo, zonas consideradas de alta incidencia delictiva y con presencia de células armadas.
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Cada unidad fue trasladada a un punto seguro para su análisis pericial antes de proceder a su destrucción. Este proceso, explicó la FGR, busca evitar que los vehículos vuelvan a ser utilizados y envía un mensaje claro: el Estado mantiene su capacidad para recuperar el control de los espacios donde opera el crimen organizado.
¿Qué representa esta acción para Tamaulipas?
La destrucción de estos vehículos marca un paso más en la estrategia de seguridad impulsada por el Gabinete federal y las autoridades estatales. Aunque no resuelve de fondo el problema, sí simboliza la recuperación de poder frente a los grupos que durante años dominaron territorios mediante la fuerza y el miedo.
Para los habitantes de las zonas afectadas, la imagen de esos “monstruos” convertidos en chatarra tiene un valor simbólico importante: representa el desmantelamiento de una maquinaria construida para el terror.
Autoridades federales reiteraron que continuarán con el aseguramiento y destrucción de bienes utilizados por el crimen organizado, como parte de la estrategia de pacificación y control del territorio en el norte del país.
“Cada vehículo destruido es una señal de que Tamaulipas avanza hacia un futuro más seguro”, afirmó uno de los funcionarios presentes en la ceremonia. Y aunque la lucha contra la violencia continúa, este acto deja claro que el Estado no retrocede.
