Bazar de fierros cumple 65 años de resistencia cultural y económica en Mérida
El ambiente del bazar, entre el bullicio, los olores a óxido y aceite, y la mezcla de voces que negocian, es también parte del encanto que lo convierte en un sitio único.
Enclavado en el corazón del centro histórico de la ciudad, el tradicional Bazar de Fierros de Mérida cumple este 2025 nada menos que 65 años de existencia, consolidándose como uno de los espacios comerciales más antiguos, singulares y resistentes del sur del país.
Este icónico sitio, ubicado en la calle 65 con 52, ha sido por décadas punto de encuentro para quienes buscan:
- Herramientas
- Piezas metálicas
- Maquinaria
- Utensilios usados
- Objetos que cuentan su propia historia.
Más que un mercado, el Bazar de Fierros es un testimonio vivo del reciclaje, la reparación y el oficio.
A lo largo de los años, ha albergado a decenas de locatarios, herreros, mecánicos, chatarreros y vendedores de artículos diversos que encuentran en este lugar un sustento económico y un modo de vida.

A pesar del paso del tiempo y de los cambios urbanísticos, el sitio ha logrado mantener su esencia.
Te puede interesar....
¿Qué se puede encontrar en el Bazar de Fierros?
Desde herramientas, pasando por piezas de bicicletas, metales, utensilios de cocina, cerraduras, y hasta el tradicional pelador de chinas, creado por el yucateco Rubén Flores.
Su hijo, René Flores Ayora, destacó que el Bazar de Fierros es una especie de paraíso para quienes tienen ojo clínico para encontrar tesoros.

Se tienen 50 locales comerciales, donde se puede encontrar desde un tornillo milimétrico, una maquina para pelar naranjas marca Rubén Flores hasta una veleta que antiguamente en todas las casas habían pozos.
René Flores Ayora - Artesano
El ambiente del bazar, entre el bullicio, los olores a óxido y aceite, y la mezcla de voces que negocian, es también parte del encanto que lo convierte en un sitio único en Mérida.
Te puede interesar....
¿Cuál es la historia del Bazar y cómo ha cambiado con el tiempo?
El origen del Bazar de Fierros se remonta a finales de los años 50, cuando el gobierno municipal habilitó un espacio para reunir a comerciantes informales que vendían herramientas y objetos metálicos en la vía pública.
Con el paso del tiempo, el bazar creció hasta convertirse en un punto de referencia para compradores mayoristas, trabajadores del campo, constructores y curiosos.
Durante sus primeras décadas, el bazar estaba repleto de locatarios que, con habilidad, recuperaban y reparaban casi cualquier artefacto. Sin embargo, con la llegada de productos más desechables, la modernización de la ciudad y el cambio en los hábitos de consumo, el número de vendedores se ha reducido.
Hoy en día, el Bazar de Fierros es también un espacio de resistencia cultural y económica frente a las grandes cadenas comerciales.
Aunque varios locales han cerrado, quienes aún trabajan ahí mantienen vivo el espíritu original del lugar: reutilizar, reparar y transformar lo viejo en útil.
¿Qué futuro le espera a este espacio tradicional de Mérida?
A pesar de su importancia histórica y económica, el futuro del Bazar de Fierros está rodeado de incertidumbre. Locatarios han expresado su preocupación por el abandono del lugar, la falta de mantenimiento, el escaso apoyo institucional y los rumores sobre una posible reubicación o cierre.
Aunque no hay confirmación oficial, muchos temen que el avance de proyectos inmobiliarios en el centro de la ciudad termine por desplazar a este bastión de la cultura popular meridana.
Sin embargo, también hay propuestas ciudadanas y culturales para rescatar y revalorizar el bazar, ya sea como:
- Mercado temático.
- Museo del reciclaje.
- Centro de oficios tradicionales.
Organizaciones sociales y colectivos de arte han mostrado interés en colaborar con los locatarios para reactivar la zona, preservar su historia y ofrecer nuevas alternativas económicas.

El Bazar de Fierros no solo es un lugar donde se compra y se vende: es un espacio que guarda memorias, saberes, técnicas y objetos que cuentan la historia de una Mérida trabajadora, creativa y resiliente. A 65 años de su fundación, aún queda mucho por explorar entre sus pasillos oxidados y entrañables.
Te puede interesar....