Este es el fósil viviente que habita en los pastizales de Coahuila
Conoce esta especie de Coahuila que tiene orígenes en el Plioceno

Entre nopales, pastizales altos y matorrales del desierto de Coahuila, habita un animal tan pequeño como asombroso. Se trata del ratón de Hooper (Peromyscus hooperi), un roedor endémico del norte de México que ha permanecido prácticamente sin cambios desde hace casi 4 millones de años.
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¿De verdad tiene millones de años esta especie?
Sí. Aunque suena increíble, estudios genéticos recientes estiman que el ratón de Hooper se separó de sus parientes más cercanos hace aproximadamente 3.98 millones de años, durante el Plioceno temprano.
Esta cifra proviene de un análisis filogenómico publicado en 2023 por investigadores del Smithsonian y universidades estadounidenses, quienes secuenciaron el genoma mitocondrial completo y elementos genéticos ultraconservados de un ejemplar recolectado en Coahuila en 1896.
“Nuestros datos muestran que Peromyscus hooperi representa una línea evolutiva basal dentro del género, divergente desde hace casi 4 millones de años”, concluye el estudio de Susette Castañeda‑Rico y colegas, publicado en Journal of Mammalogy y ResearchGate-
Este hallazgo posiciona al ratón de Hooper como un verdadero fósil viviente, al conservar características primitivas que ya no están presentes en sus especies hermanas.
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¿Por qué Coahuila es su refugio natural?
El hábitat de este roedor incluye:
- Pastizales semiáridos entre 1,000 y 2,200 metros de altitud
- Vegetación típica como yuccas, dasyliriones y cactáceas
- Zonas poco intervenidas por actividades humanas
Aunque también se encuentra en partes de Zacatecas y San Luis Potosí, es en Coahuila donde se concentran sus poblaciones más representativas. Las condiciones climáticas extremas de la región, combinadas con una vegetación resistente, han permitido que esta especie sobreviva por millones de años.
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¿Está en riesgo de desaparecer?
Actualmente, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) clasifica a Peromyscus hooperi como especie de preocupación menor, debido a que su hábitat no muestra signos graves de deterioro. Sin embargo, su escaso reconocimiento público y su distribución limitada la hacen vulnerable ante futuros cambios climáticos o expansión urbana.