Leyendas de Saltillo: ¿Conoces el macabro mito del tamalero?
Leyenda del tamalero de Saltillo: el siniestro vendedor que usaba carne humana en sus tamales y cuyo mito aún estremece la ciudad.
Entre los relatos que forman parte del imaginario popular de la ciudad, hay uno que mezcla la tradición culinaria con el misterio y el horror. Se trata de la leyenda del tamalero, un personaje que, según se cuenta, marcó con sangre y terror las calles cercanas a la Catedral y el callejón Santos Rojo.
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¿Quién era el tamalero que recorría las calles de Saltillo?
La historia señala que, hace ya varias décadas, un hombre vendía tamales con una voz potente que llamaba la atención de vecinos y transeúntes. Su presencia se volvió habitual en las inmediaciones del centro histórico, donde ofrecía su producto con entusiasmo y lograba gran aceptación entre los saltillenses.
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¿Por qué comenzaron a desaparecer mujeres en la ciudad?
En paralelo a la popularidad del tamalero, los habitantes comenzaron a notar un fenómeno inquietante: la desaparición de mujeres jóvenes, en especial doncellas. Una de las historias más recordadas es la de una muchacha recién comprometida, cuyo anillo de compromiso se convirtió en pieza clave del macabro relato.
La familia de la joven desaparecida, sin sospechar lo que ocurría, compró una docena de tamales al vendedor. Grande fue la sorpresa cuando, en el interior de uno de ellos, hallaron un anillo idéntico al que portaba la muchacha. La evidencia despertó las sospechas de los vecinos y encendió el temor colectivo.
¿Era cierto que los tamales tenían carne humana?
La leyenda asegura que, tras la revelación, se descubrió que el tamalero había asesinado a más de 15 personas, utilizando su carne para preparar los tamales que ofrecía en las calles del centro. Así, lo que antes era considerado un manjar pasó a convertirse en motivo de horror y vergüenza para quienes lo habían consumido.
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¿Siguen penando las víctimas del tamalero?
El mito popular sostiene que, aún hoy, las almas de las mujeres asesinadas vagan por el callejón Santos Rojo y las inmediaciones de la Catedral. Algunos vecinos afirman escuchar sus lamentos, mientras que otros aseguran haber visto sombras femeninas que desaparecen entre las viejas casonas del centro.
