La guerra que generó el arresto de “El Mayo” Zambada: el trauma silencioso de un Sinaloa sitiado
Para entender los daños generados por la guerra interna del Cártel de Sinaloa, entrevistamos a Isaac Tomás Guevara Martínez sobre el conflicto que ha puesto en crisis a Sinaloa

La guerra interna del Cártel de Sinaloa ha dejado cuerpos asesinados en las calles y familias buscando a los suyos. Bajo esa parte del paisaje cotidiano que se observa en Culiacán, epicentro del conflicto, sin embargo hay otra escena que no es visible en las estadísticas: el daño a la salud mental de la población, que es rehén de estos ataques.
Para Issac Tomás Guevara Martínez, doctor, psicólogo social y fundador del Laboratorio de Estudios Psicosociales de la Violencia de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), el daño provocado a la población será irreversible para esta generación.
“Esta situación va a ser irreversible por mucho tiempo. Por lo menos, esta generación va a llevar en su cabeza durante años esto que estamos viviendo y va a depender mucho de cómo quede esta situación al final, cómo se resuelva y pongo resolver entre comillas”, señaló el también investigador universitario.
Guevara Martínez dijo que el problema no se puede minimizar al punto que “ya no haya tantos homicidios”.
“Si no se trastoca la estructura narcocultural que tenemos, va a ser muy difícil que podamos decir que se ha resuelto el problema… Si no se modifica toda esta estructura y toda esta forma de concebir la identidad y la cultura sinaloense”, planteó.
“Oigo al gobernador (el morenista Rubén Rocha Moya) y él dice que se está trabajando para disminuir la violencia, pero yo no lo oigo que diga ‘estamos trabajando para desaparecer el narcotráfico de Sinaloa’... El gobierno, la iniciativa privada, incluso la Iglesia, tienen ahora una tarea enfrente que es muy importante: ¿cómo atender este daño psicológico, emocional de la población?”.
-
Aunado a esto, refirió un estudio realizado por un tesista suyo, en el que se destaca que los cuestionados muestra “una desilusión total del gobierno y de las instituciones” y de “incertidumbre increíble, de conformidad: de que es que siempre hemos estado así, bajo el control de estos grupos, y eso no va a cambiar, como diciendo, pues vamos a estar jodidos todo el tiempo”.
Por ende, las preguntas relevantes hacia el futuro son: “¿qué significa que este conflicto se termine?y ¿en qué términos se calcula que esto va a terminar?”.
Te puede interesar....
La confrontación del Cártel de Sinaloa
El 25 de julio del año pasado fue una fecha clave para el Cártel de Sinaloa, uno de los cárteles con mayor poderío a nivel internacional, con la detención de uno de sus fundadores Ismael “El Mayo” Zambada, quien había permanecido oculto por más de 40 años.
Apenas un mes y medio después, el 9 de septiembre la detención de “El Mayo” fue el detonador de la guerra interna del Cártel de Sinaloa, la confrontación entre la segunda generación de miembros, entre la facción de “Los Chapitos”, conformada por Iván y Jesús Guzmán Salazar, contra “La Mayiza”,liderada por Ismael Zambada Sicairos, alías “El Mayito Flaco”.
“En el cártel de Sinaloa, como cualquier otro, es difícil asegurar que era un grupo homogéneo, aunque sí con intereses comunes, con relaciones de cordialidad, de negocios, de socios, etcétera. En realidad, está compuesto por una gran cantidad de grupos que coinciden, algunos importantes, fuertes, muy grandes, otros más pequeños que controlan una pequeña zona geográfica”.
-
“Es como un rompecabezas en donde hay piezas grandes, piezas pequeñas, que lo que los unía eran estos acuerdos y el hecho de respetar esos acuerdos es parte de la esencia fundamental de estos grupos”, dijo el también académico de la UAS.
Estas confrontaciones se empezaron a gestar por los “estilos de trabajo” y “de comportamiento, que los distinguían”. Mientras el de los Guzmán era “más beligerante, más protagonista”, el de los Zambada “era más de bajo perfil, que negociaba, que establecía contactos, que mediaba”.
Esta guerra que se ha tomado como base la capital sinaloense y que se ha extendido al resto de Sinaloa, incluso a otras entidades del país, han sido asesinadas al menos mil 767 personas y mil 773 personas han sido privadas de la libertad o desaparecidas, según informes oficiales, de colectivos ciudadanos y medios de comunicación.
En junio, María Inés Pérez Corral, secretaria de Bienestar de Sinaloa, reveló que tres mil 48 personas se han visto forzadas a dejar sus hogares por la violencia, especialmente en Concordia, El Rosario, San Ignacio, Cosalá, Elota, Culiacán y Navolato.
Si bien, el 75 por ciento de los actos de violencia han ocurrido en Culiacán, como detalló Guevara Martínez, esta guerra no ha permanecido exclusivamente en Sinaloa, pues se han registrado enfrentamientos de ambas facciones en Sonora, Baja California Sur o Nayarit.
Omar García Harfuch, titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), afirmó que se han detenido mil 487 personas durante el periodo del 1 de octubre de 2024 al 16 de julio de 2025.
A esta numeralia de violencia, se suma que 14 mil 717 empleos se han perdido en la entidad por el cierre obligado de negocios ante el clima de enfrentamientos, según datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) obtenidos entre abril de 2024 y abril de 2025.
De “Los Chapitos”, la mayoría de los detenidos
De acuerdo con El Universal, durante el periodo de guerra interna, el Gobierno mexicano ha detenido 60 personas relacionadas con el Cártel de Sinaloa.
De este total, 39 fueron ligados a la facción de “Los Chapitos” y 17 a “Los Mayos”, mientras que cuatro no fue posible señalar su vínculo. Lo que refleja que son detenidos 2.3 de los Guzmán, por cada uno de los Zambada.
Mientras que, el 75 por ciento de las detenciones de “Los Chapitos” ocurrieron en Sinaloa, 27 por ciento de “Los Mayos” sucedieron en esa entidad, ya que el resto se registraron en Sonora, Baja California, Baja California Sur, Durango, Jalisco, Chiapas y Ciudad de México.
Te puede interesar....
¿Impacto en la narcocultura?
El clima de violencia ha “desquiciado la vida cotidiana” de Sinaloa, soltó Guevara Martínez. Lo que trajo un retroceso de “un proceso de año y medio o dos, en el que se había prácticamente controlado esta situación” debido a que Sinaloa antes “ni siquiera aparecía en el top 10, tanto a nivel de ciudades como de estados” , en la incidencia delictiva, comparó el académico.
Específicamente, Culiacán, que era una ciudad conocida por su vida nocturna, ha terminado por restringirse, a las 21 horas es el horario del toque de queda autoimpuesto por los propios pobladores. Entonces, los negocios que aún sobreviven bajan sus cortinas, la población se encierra, y la delincuencia toma el control de la ciudad.
Guevara Martínez vislumbra un cambio en la narcocultura en Sinaloa: una ruptura entre la población y el narco.
Este comportamiento social “no ha cambiado de golpe, ha venido cambiando paulatinamente a partir de los llamados Culiacanazos”, hechos delictivos en que la facción de “Los Chapitos” tomó de rehén a la capital sinaloense para negociar la detención de Ovidio Guzmán, primero en 2019 y, posteriormente, en 2023. Lo que desató una ola de violencia contra la población.
Para el especialista en Psicología Social, los “Culiacanazos” evidenciaron que “la ciudad de Culiacán estaba prácticamente en manos de estos grupos” delictivos y que son capaces de realizar agresiones “directamente contra la sociedad civil”.
“No hablaría de una sociedad sinaloense uniforme”, señaló, pues hay quienes aún se aferran a la narcocultura. Sin embargo, “(existen quienes) ya cuestionan el rol, el papel nefasto que están jugando los grupos del narcotráfico en nuestro estado, que nos han metido en una situación de pobreza civilizatoria”, subrayó.
Con la filtración del narco en la política, en la economía y en las organizaciones sociales en las últimas cinco décadas, “hace muy difícil que la gente pueda pensar o imaginarse siquiera a Sinaloa sin el narcotráfico”, acotó Guevara Martínez.
Lo anterior, permite que los jóvenes que son excluidos por el sistema de oportunidades laborales vean “cautivadora la oferta que les presenta el crimen organizado”.
El investigador advirtió que, aún cuando la guerra interna del Cártel de Sinaloa concluya, en el imaginario colectivo prevalece la idea de que otros grupos del crimen vendrán “hacerse cargo de la plaza”.
“La gente les agradece a los del Cártel de Sinaloa que han evitado que estos grupos desastrosos terribles tomen la plaza, que estén defendiendo su plaza, porque de alguna manera es también defender la vida cotidiana, pese a que no es muy saludable”, concluyó.
Frente a sus 30 años de experiencia en el estudio de la violencia y la psicología, el investigador destacó una experiencia reciente:
Hace poco yo estaba en una mesa redonda y alguien hizo una pregunta que a todos nos dejó así como diciendo: ‘no está fácil contestar eso’. Lo que esta persona nos preguntó a los que estábamos en el panel fue: ‘¿ustedes creen que los sinaloenses ya están listos para vivir sin el narcotráfico?’ Y eso es la gran pregunta”.
-
Te puede interesar....