Protestan familias separadas por medidas migratorias de Trump en el día de la madre
Familias migrantes separadas por la frontera México-EEUU protestaron en Ciudad Juárez tras la cancelación del evento "Abrazos, no muros".

Decenas de familias migrantes separadas por la frontera entre México y Estados Unidos se manifestaron en Ciudad Juárez, luego de que se cancelara el evento anual "Abrazos, no muros", organizado para permitir breves reencuentros entre seres queridos separados por la migración.
La suspensión fue consecuencia directa de nuevas medidas de seguridad implementadas por el gobierno estadounidense bajo la administración de Donald Trump.
En días recientes, las fuerzas armadas de EE.UU. establecieron una nueva zona de defensa en la frontera con México, específicamente en el estado de Texas, lo que incluye la franja que colinda con Ciudad Juárez.
Esta zona militar autoriza a los soldados a detener a personas que crucen de manera irregular, lo que llevó a las autoridades estadounidenses a impedir la realización del encuentro programado para el 10 de mayo.
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¿Qué significa este evento para las familias migrantes?
"Abrazos, no muros", organizado desde 2016 por la organización Red Fronteriza por los Derechos Humanos, tenía como objetivo reunir por algunos minutos a familiares separados por la migración.
Para muchas madres, el evento simboliza un momento de esperanza y conexión emocional, especialmente en una fecha tan significativa como el Día de la Madre.
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Irma Cruz, integrante de la organización, expresó que esta era la primera vez que les negaban el acceso a ese tramo de la frontera, señalando que desde 2016 han realizado esta protesta, calificando la decisión como "devastadora".
¿Cómo reaccionaron las familias afectadas?
En respuesta, la Red Fronteriza convocó a las familias inscritas a participar en una manifestación simbólica denominada "Madres de la Frontera, amor sin fronteras", en la que se exigieron políticas migratorias más humanitarias.
Historias personales como la de Matilde Rosales ilustran la magnitud emocional del evento.
Con lágrimas en los ojos y una rosa roja en mano, lamentó no haber podido reencontrarse con su hermana, a quien no ve desde hace ocho años.
Mientras tanto, en el lado estadounidense, familiares también se congregaron en El Paso, Texas, con la esperanza de lograr algún tipo de contacto.
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A pesar de estar separados por más de cien metros, muchos se saludaron levantando los brazos o usando binoculares para verse a la distancia.
Uno de los participantes, Alejandro Ordaz, viajó más de 800 kilómetros desde Torreón, Coahuila, con la esperanza de abrazar a su madre, quien reside en EE.UU. desde hace dos décadas.
Aunque el abrazo no fue posible, logró verla a lo lejos, entre lágrimas y gestos de cariño.
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