La primera vez dentro del CEDES Victoria, un centro de arrepentimiento, resiliencia, esperanza y fé
Perder tu libertad sin duda es una de las peores cárceles en la vida, en el CEDES Victoria las personas hoy buscan una segunda oportunidad de vida.
Recuerdo haber escuchado en reiteradas ocasiones la palabra “cárcel” en mi mente resonaba como eco de miedo y desconocimiento. Para mí era un término que me presentaba imágenes de oscuridad, rejas y desesperanza.
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La cárcel era para mi un lugar lejano, un sitio donde solo iban los “malos” y los “peligrosos”
¿Qué pensaba sobre la cárcel?
En mi mente la cárcel o el penal como muchas veces lo escuché también, era un lugar donde la gente pierde su libertad y su esperanza.
Era un lugar donde se pagaban los errores de las personas, pero también un lugar donde se perdía la oportunidad de cambiar y redimirse con uno mismo y con la sociedad.
Muchas ocasiones llegué a asociar este lugar con el estigma y la exclusión.
¿Cambio mi percepción sobre la cárcel?
Hace año que egrese de la Licenciatura de Ciencias de la Comunicación de la UAT, si en ese entonces alguien me hubiera dicho que algún día tendría la oportunidad de visitar una cárcel, un penal o un CERESO, seguramente diría que estaban locos porque eso no sucedería jamás.
Y como dicen que “la vida te va poniendo los caminos que debes seguir” 12 meses después ahí estaba en mi celular la asignación de trabajo: “Este viernes 20 de junio se realizará un recorrido por el CEDES de Victoria, te toca realizar la visita para crear contenido.
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Y si, el viernes 20 de junio como parte de POSTA Tamaulipas tuve la oportunidad de ingresar para conocer más de lo que se vive dentro de estas grandes y grises paredes.
¿Cómo es el ingreso al CEDES Victoria?
El ingreso al penal de Ciudad Victoria es un proceso supervisado; son al menos tres los filtros que se tuvieron que pasar para lograr el inicio del recorrido.
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Se pasó por arcos detectores de metales y se tuvo que reportar los dispositivos con los que se entró al lugar, además de brindar una identificación.
¿Qué hay dentro del CEDES Victoria?
Al cruzar las puertas del Centro de Ejecución y Sanciones (CEDES) Victoria, me invadió una sensación de misterio. ¿Qué se esconde detrás de esas paredes grises y esos barrotes de acero? La respuesta llegó en forma de historias, de vidas, de personas que, a pesar de haber cometido errores, buscan una segunda oportunidad.
Después de terminar el procedimiento de acceso, lo primero que se observó fueron los famosos teléfonos de los cuales las personas privadas de la libertad (PPL) tienen derecho a realizar su llamada y de dónde algunos ciudadanos han llegado a recibir llamadas desconocidas del penal.
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Seguimos caminando y adentrándonos entre los pasillos que nos llevaron a los talleres de electricidad, carpintería y barbería, quiero decir que me sorprendió la dedicación y el entusiasmo de las personas privadas de la libertad (PPL). Porque allí, en medio de herramientas y materiales, encontré una sensación de propósito y esperanza.
Por ejemplo la "Barbería Lesly" en el módulo femenil fue conmovedor ver cómo las PPL pueden encontrar un nuevo camino y reinventarse.
En las clases de mediación y perdón, presencié momentos de gran emotividad. Un interno compartió su historia de dolor y arrepentimiento, y cómo estaba trabajando para sanar y encontrar la paz. Me sentí admirada por la valentía y determinación para enfrentar sus errores y buscar una segunda oportunidad.
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Conocimos la panadería en función, la cual juega un papel importante en el aprendizaje de un oficio y generación de ingresos dentro del CEDES, pues junto a la tortillería, se mantienen activas todos los días para realizar entregas a distintas tiendas y así generar ingresos.
La última parada en nuestro recorrido fue la cocina, dicho espacio nos recibió con el aroma a comida recién guisada y nos encontramos una amplia y limpia cocina que brinda alimento a las 896 PPL de este centro.
Lo que pasa dentro del penal es algo que la mayoría de las personas desconocemos, ahora puedo decir que hay cientos de historias dentro, personas que después de años aún esperan una sentencia, otras que esperan ganarse la libertad y continuar con su vida, el deseo de conocer cómo ha cambiado la ciudad con el paso de los años, madres que esperan ver a sus hijos crecer y la sanación y crecimiento personal.
Visitar el penal hoy en día, no debería ser motivo de miedo o tensión, muchos de los que allí residen esperan una visita, una donación, algo que les brinde algo de esperanza y acerque el exterior a ellos.
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La visita al CEDES Victoria me hizo reflexionar sobre la importancia de dar segundas oportunidades. ¿Cuántas veces hemos cometido errores y hemos buscado una segunda oportunidad? ¿Cuántas veces hemos sido capaces de cambiar y empezar de nuevo? Las PPL en el CEDES Victoria están trabajando para cambiar sus vidas y encontrar un nuevo propósito. La sociedad tiene la oportunidad de apoyarlos y brindarles una segunda oportunidad.
Un nuevo significado
Hoy en día, la palabra "cárcel" tiene un significado más complejo y matizado. Ya no es solo un lugar de miedo y desconocimiento, sino también un lugar de esperanza y oportunidad. Es un recordatorio de que todos podemos cometer errores, pero que también todos tenemos la oportunidad de cambiar y redimirnos.
Al dejar el CEDES Victoria, me llevé una sensación de esperanza para las personas que están trabajando para cambiar sus vidas. Me di cuenta de que todos merecemos segundas oportunidades y que la empatía y la comprensión son fundamentales para ayudar a aquellos que buscan rehabilitarse y reintegrarse a la sociedad.
Esta ocasión tuve la oportunidad de conocer otra parte de la determinación, porque vi en sus ojos, la esperanza, en sus palabras y la resiliencia en sus acciones.
Hoy con toda seguridad puedo decir que la palabra "cárcel" comenzó a tener un nuevo significado.
