Río San Marcos: el corazón herido de Ciudad Victoria que clama por ser protegido
El emblemático afluente que dio origen a la capital tamaulipeca enfrenta una crisis ambiental, mientras autoridades y ciudadanos buscan rescatarlo del abandono.

El río San Marcos, testigo silencioso del nacimiento y desarrollo de Ciudad Victoria, atraviesa hoy una de sus etapas más críticas. Contaminado, olvidado y reducido a un cauce intermitente, este río que alguna vez fue fuente de vida y orgullo local, ahora lucha por sobrevivir. Sin embargo, nuevas iniciativas buscan devolverle su dignidad y convertirlo en un símbolo de esperanza ambiental.
¿Cómo nació la leyenda del río San Marcos?
Según relatos transmitidos por generaciones, en la época colonial o inicios del siglo XIX, el río San Marcos era caudaloso y vital para los habitantes de la región.
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Se cuenta que, debido al uso irresponsable del río por parte de la comunidad, un sacerdote maldijo sus aguas, declarando que nunca volverían a ser abundantes. Desde entonces, la leyenda asegura que el caudal comenzó a secarse.
¿Qué tan grave es la contaminación actual del río?
El San Marcos enfrenta una grave crisis ambiental. A pesar de campañas de limpieza, la basura y la contaminación persisten en los 7 kilómetros del río que atraviesan la zona urbana de Ciudad Victoria. Descargas de aguas negras y desechos sólidos han convertido al afluente en un depósito de residuos, afectando la calidad del agua y el equilibrio ecológico.
¿Qué acciones se están tomando para rescatarlo?
Ante el deterioro, se propone declarar al río San Marcos como Área Natural Protegida. La diputada local Yuriria Iturbe Vázquez impulsa esta iniciativa, buscando iniciar acciones concretas para su rescate ecológico.
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La propuesta está en análisis por parte de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente (Seduma) antes de su discusión en el Congreso.
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El río San Marcos, más que un cauce de agua, es un símbolo de identidad para Ciudad Victoria. Su recuperación no solo representa un acto de justicia ambiental, sino también un compromiso con la historia y el futuro de la ciudad. Es momento de que autoridades y ciudadanos unan esfuerzos para devolverle la vida a este emblemático afluente.