Así se vivió el huracán Isidoro hace 23 años en Yucatán, ¿lo recuerda?
El 22 de septiembre de 2002, Isidoro tocó tierra en Yucatán como un huracán de categoría 3, con vientos que superaban los 200 kilómetros por hora.

El huracán Isidoro marcó un antes y un después en la memoria colectiva de Yucatán. A 23 años de aquel devastador fenómeno natural, las historias, los recuerdos y las consecuencias aún se mantienen frescas para quienes lo vivieron en carne propia.
El ingeniero hidráulico del Comité Institucional para la Atención de Fenómenos Meteorológicos Externos de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), Juan Vázquez Montalvo, recuerda con precisión el impacto que tuvo este huracán tanto en la población como en la infraestructura de la región.
Estos sistemas no tienen palabra de honor y una vaguada hizo que entrara por Telchac como categoría 3 y se fue desplazando hacia el interior del Estado pasando por el periférico oriente y centro. El motor de la economía de Yucatán fue duramente golpeado durante 36 horas que duró este ciclón.
Juan Vázquez Montalvo - Ing. Hidráulico
¿Cómo impactó Isidoro en la vida cotidiana de los yucatecos?
El 22 de septiembre de 2002, Isidoro tocó tierra en Yucatán como un huracán de categoría 3, con vientos que superaban los 200 kilómetros por hora.
La fuerza del fenómeno paralizó por completo la vida cotidiana:
- Se suspendieron las clase
- Cerraron comercios.
- Las telecomunicaciones quedaron prácticamente inhabilitadas.
- Miles de familias tuvieron que refugiarse en albergues habilitados de emergencia.

Mucha gente se confió y se quedó atrapada en supermercados, casas de amigos, parientes porque ya no pudieron regresar a sus casas creyendo que ya habían sobrevivido al huracán del siglo como lo fue Gilberto.
Juan Vázquez Montalvo - Ing. Hidráulico
¿Qué daños materiales y humanos dejó el huracán?
Isidoro dejó una estela de destrucción. Miles de viviendas resultaron severamente afectadas, sobre todo aquellas construidas con materiales endebles en las comunidades rurales.
Los techos de lámina volaron con la fuerza del viento, los postes y árboles cayeron en calles y carreteras, y los cultivos sufrieron pérdidas incalculables.

En Mérida, la capital del estado, muchos edificios históricos también resultaron dañados, y la infraestructura urbana enfrentó un colapso sin precedentes. Se registraron más de 300 mil damnificados en toda la península, con pérdidas económicas estimadas en miles de millones de pesos.
Si bien el saldo humano no alcanzó cifras tan dramáticas como en otros huracanes, sí hubo pérdidas de vidas humanas y numerosos lesionados, lo que reflejó la vulnerabilidad de la población frente a fenómenos de gran magnitud.
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¿Qué aprendizajes dejó Isidoro para Yucatán?
De acuerdo con el especialista de la UADY, Isidoro obligó a las autoridades y a la sociedad a replantear sus protocolos de prevención y respuesta ante huracanes.
La creación de planes más robustos de protección civil, la inversión en refugios mejor equipados y la cultura de prevención en la ciudadanía fueron algunas de las lecciones aprendidas.

Desde eso no hemos sido afectados por un gran huracán, el año pasado tuvimos a Milton que quiso afectarnos pero al final tuvo un cambio y nos salvó la vida prácticamente. Han habido pequeñas tormentas que dejaron mucha lluvia y viendo como Grace en 2021, y en el 2020 que fueron varios Gamma, Delta y Zeta sin mayor problema y Beryl que se acercó pero han transcurrido 23 años que nos hemos salvado pero en algún momento nos va a tocar.
Juan Vázquez Montalvo - Ing. Hidráulico
A más de dos décadas, el huracán Isidoro sigue siendo un referente cuando se habla de desastres naturales en Yucatán.
Su recuerdo no solo evoca destrucción, sino también la resiliencia y solidaridad de un pueblo que, entre escombros e incertidumbre, supo salir adelante.
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