Este es el exótico y colorido árbol que llegó a Yucatán desde África
Las calles y los parques de Yucatán se llena de un intenso color rojo cada vez que florece este árbol que llegó desde tierras africanas
Entre mayo y agosto, las plazas y calles de Yucatán comienzan a pintarse de un intenso color entre rojo y naranja, una vez que florece este árbol exótico y pintoresco que llegó a tierras mayas desde el continente africano.
Desde Madagascar, para ser exactos, esta especie fue traída desde lejos y sembró sus raíces para quedarse y volverse parte del paisaje y parte de la identidad local, pues es difícil imaginar las ciudades y pueblos yucatecos sin su presencia.
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¿Cuál es el árbol que llegó de África a Yucatán?
Conocido con muchos nombres, como Tabachín en algunas partes de México y árbol de fuego en algunas zonas de Centroamérica, el flamboyán es uno de los árboles que sin ser nativos son de los más populares en la región.
En su lugar de origen, se encuentra en peligro de extinción y en el caso de Yucatán todavía no es una especie naturalizada, pues solo crece con la ayuda del hombre que propaga sus semillas y las siembra.
Este árbol puede crecer entre 8 y 12 metros, pero en condiciones favorables puede alcanzar los 15 metros y es común verlo en parques, cementerios, escuelas, jardines, y los patios de las casas, sobre todo en la zona rural.
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¿Cómo llegó el flamboyán a Yucatán desde África?
La versión más aceptada sobre la llegada del flamboyán a México, y por lo consiguiente a Yucatán, es la que apunta a exploradores portugueses y franceses que llegaron a la isla de Madagascar en el Siglo XVI.
Fueron estos los que propagaron las semillas del árbol de flamboyán por sus colonias en los países de los demás continentes; aunque también se señala que pudo llegar gracias a las rutas comerciales entre África y el Caribe.
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¿Qué beneficios tiene sembrar un flamboyán?
Pese a que no llega a ser un árbol tan alto, lo mejor está en su copa, que puede alcanzar una extensión de hasta 12 metros de diámetro, lo que lo hace ideal para lugares muy calurosos, en las que se busca una buena sombra.
Pero no todo es bonito con los flamboyanes, pues aunque suelen ser muy vistosos, no se recomienda plantar estos árboles en los camellones o en las escarpas, pues sus raíces suelen levantar el pavimento.
