¿Hay oro maldito bajo las hermosas playas de Dzilam de Bravo?
En pleno corazón del pueblo Dzilam de Bravo, un monumento llamado Las Tres Cruces rinde homenaje a esta historia de piratas.

Yucatán es conocido por ser el hogar de muchos tesoros, desde piedras preciosas y objetos mayas encontrados en el fondo de los ojos de agua.
En las tranquilas costas del norte yucateco, entre manglares, arena blanca, se esconde una de las historias más fascinantes del Caribe, la del tesoro perdido del pirata Jean Lafitte.

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¿Quién fue Jean Lafitte y qué hacía en Yucatán?
Jean Lafitte no era un pirata cualquiera, apodado "El Héroe de Orleans" por su participación en la defensa de Estados Unidos durante la Guerra de 1812, este corsario francés vivía entre dos mundos: el de los saqueos brutales y el de los modales aristocráticos.
Se dice que fundó su propia colonia pirata, y que cuando todo ardió en llamas, escapó a bordo de su barco favorito, The Pride.
Durante una de sus fugas, llegó a las costas de Dzilam de Bravo, en Yucatán, trayendo consigo un misterioso cofre repleto de joyas, doblones, y esmeraldas. Nadie sabe exactamente por qué eligió este rincón del Golfo de México, pero lo que vino después lo convirtió en leyenda.
¿Enterró su tesoro en Isla Pájaros?
Según la tradición oral del pueblo, Lafitte desembarcó con su tripulación y escondió el tesoro en una pequeña isla cercana: Isla Pájaros, ubicada a apenas 300 metros de la costa. El corsario, al parecer, planeaba volver por él, pero nunca lo hizo.
La historia da un giro oscuro cuando se habla de una traición final. Se dice que Lafitte preguntó a sus hombres, quien cuidaría su tesoro, pero al final decidió acabar con la vida del esclavo que se ofreció a cuidarlo.
Los muertos no hablan.
Jean Lafitte. - Pirata
Desde entonces, muchos aseguran haber visto una figura sin cabeza vagando por la zona, custodiando el tesoro del corsario.
Aunque la isla desapareció tras el huracán Isidoro en 2002, algunos creen que el oro aún descansa bajo la arena, esperando ser descubierto.
¿Qué pistas hay hoy en Dzilam de Bravo?
En pleno corazón del pueblo, un monumento llamado Las Tres Cruces rinde homenaje a esta historia. Además, entre los habitantes persiste una teoría curiosa; Lafitte no solo dejó oro, sino descendencia. Se rumora que tuvo un romance con una mujer local, y que los rasgos más claros de algunos pobladores son herencia directa del pirata.

Los lugareños narran esta historia con un brillo especial en los ojos, mezclando hechos, mitos y una pizca de orgullo. Para ellos, el tesoro no es solo oro, sino una identidad compartida.
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