La avenida de Mérida que mide más de 5 kilómetros y guarda los secretos de la época dorada
Descubre el origen esta majestuosa avenida adornada con bellas casonas henequeneras, secretos arquitectónicos en este emblemático boulevard de Mérida

Paseo de Montejo se extiende por 5.2 kilómetros desde el centro histórico hasta el norte de Mérida, siendo testigo silencioso de la época más próspera de Yucatán cuando el estado era un imporante productor de llamado "oro verde".
Esta majestuosa avenida, inaugurada en 1906, alberga las mansiones más elegantes construidas con la fortuna del "oro verde" henequenero que convirtió a Mérida en una de las ciudades más ricas de México a principios del siglo XX.
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¿Por qué se construyó el Paseo de Montejo en plena selva yucateca?
La construcción del Paseo de Montejo respondió al deseo de las familias henequeneras de crear un boulevard europeo en pleno trópico mexicano. Inspirado en los Campos Elíseos de París, fue diseñado por el arquitecto Manuel Amábilis para que las familias más adineradas del estado pudieran exhibir su riqueza.
Los magnates del henequén como los Peón, Molina y Montes construyeron palacetes de estilo neoclásico y art nouveau, importando materiales de Europa y contratando arquitectos extranjeros.

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¿Qué secretos arquitectónicos esconden las casonas del Paseo?
Las mansiones del Paseo guardan detalles extraordinarios: mármol de Carrara en escalinatas, vitrales emplomados de Francia, herrería artística y jardines diseñados por paisajistas europeos. La Casa Montejo-Molina conserva sus techos de 6 metros de altura y pisos de mosaico hidráulico original.
Muchas casonas tenían túneles subterráneos que conectaban con otras propiedades, y sistemas de ventilación natural que desafiaban el clima tropical mediante ingeniosos diseños de corrientes de aire.
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¿Cómo sobrevivió el Paseo de Montejo a la caída del henequén?
Cuando el henequén perdió su valor en los años 40, muchas familias abandonaron sus mansiones. Sin embargo, Paseo de Montejo se reinventó: las casonas se convirtieron en museos, hoteles boutique, restaurantes gourmet y oficinas corporativas. Hoy, esta avenida combina el legado histórico con la modernidad, manteniendo viva la memoria de la época dorada yucateca mientras se adapta al siglo XXI.