China y Donald Trump tienen a la industria automotriz mexicana contra las cuerdas
Por primera vez en más de 50 años, la Industria Automotriz Mexicana (IAM) está contra las cuerdas.
La imposición de aranceles por parte de la administración del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, así como el avasallante nuevo mercado que abrió la llegada de autos procedentes de China, con diseños e innovaciones tecnologías fuera de serie, hacen que la industria nacional se enfrente a su mayor desafío en la historia.
¿Cuándo comenzaron las tensiones en la industria automotriz mexicana?
El golpe llegó el 4 de marzo pasado, cuando entró en vigor la Orden Ejecutiva 14194 del presidente Trump, sobre los productos y servicios elaborados en la frontera sur de los Estados Unidos y en Canadá, pues la IAM representa 3.8 por ciento del Producto Interno Bruto nacional, y genera más de 1 millón de empleos directos.
Pero el verdadero descalabro está en un sector del que pocas veces ocupa titulares en los espacios mediáticos nacionales y locales: el sector autopartes, que es la auténtica columna vertebral de la IAM.
El sector autopartes está padeciendo una crisis silenciosa, pero de gran profundidad, pues al resquebrajarse, también va a desarticular a las cadenas productivas locales que dependen de éste, y sus efectos secundarios permearán en el resto de la economía mexicana.
La llegada de los aranceles
Con el inicio del segundo mandato del presidente Trump en los Estados Unidos, también llegó una serie medidas que sorprendieron incluso a los propios estadounidenses.
El 1 de febrero pasado firmó órdenes ejecutivas para duplicar los aranceles al acero y al aluminio proveniente de México, lo que puso al sector autopartes ante una amenaza de encarecer sus productos y ralentizar su producción.
¿Qué tanto afectaron los aranceles a México?
De acuerdo con Francisco González, presidente de la Industria Nacional de Autopartes (INA), México exporta autopartes que contiene al menos 12 mil 577 millones de dólares en acero y aluminio, y que representa un 14 por ciento del total de las exportaciones automotrices a Estados Unidos.
Con los nuevos aranceles, el impacto para la INA podría ser superior a los 6 mil 289 millones de dólares, especialmente porque muchas de esas autopartes se reexportan de los Estados Unidos a México; es decir, ya vienen con un costo extra.
Para el empresario, las autopartes “son la joya de la corona, no sólo de México, sino de también para Estados Unidos y Canadá”, afirmó en el marco del 64 aniversario de este sector.
Y es precisamente esa interdependencia entre estas tres naciones que hace que los aranceles de Trump dañen no sólo los productos con cargo al consumidor final, sino que también dañan la producción y consumo de insumos intermedios que circulan entre Norteamérica.
¿Y los autos chinos? Oportunidades y desventajas
Desde hace un par de años, la llegada masiva de vehículos chinos a México representa uno de los fenómenos más llamativos de la industria automotriz en la última década.
Basta con observar unos momentos en las avenidas más importantes de las capitales de los estados y del país para atestiguar cómo decenas de vehículos de marcas como BYD, Chirey, JAC y JMC han irrumpido en todas las ciudades por sus facilidades para ser adquiridos.
Así, con una combinación de precios agresivos, tecnología avanzada y diseños modernos, los autos chinos están reconfigurando el mercado automotriz mexicano frente a las marcas tradicionales.
Las marcas chinas han reducido significativamente las barreras de entrada a vehículos con tecnología avanzada. Por ejemplo, BYD ofrece vehículos eléctricos modernos desde 400 mil pesos, menos de la mitad del precio de la mayoría de los autos eléctricos de marcas tradicionales.
La apuesta nacional hacia la movilidad eléctrica en México está impulsando este efecto, con un desarrollo cada vez más exponencial.