Gráfico: Sheila Gutiérrez
Menos pobres en México, pero con más carencias
El 13 de agosto de 2025 se marcó un hito en la historia de México: el INEGI demostró que la pobreza nacional se redujo al paso de dos años. La estadística muestra que pasó de 36.3% de población vulnerable en 2022, a 29.6% en 2024.
Lo anterior se desprende de la medición de la pobreza multidimensional en México, realizada por el INEGI, la cual mostró avances nacionales significativos, pero también evidenció profundas desigualdades regionales en el país.
Aunque los resultados fueron exaltados por defensores y detractores de la Cuarta Transformación por ser innegable que hubo una reducción importante en el número de población en condiciones de pobreza y pobreza extrema, a nivel estatal hay particularidades contrastables, como el hecho de que, en los estados gobernados por Morena, la reducción de la pobreza no parece tener el mismo efecto que a nivel nacional.
Pero no solo el INEGI midió el comportamiento de la pobreza, sino también las carencias sociales. Los datos muestran que si bien la población en condición de pobreza disminuyó en la gran mayoría de entidades, las carencias sociales fueron menores en las entidades que gobierna un partido diferente a Morena.
Pobreza por estados
La pobreza de los habitantes del país se concentra en ocho estados de la República gobernados por Morena, sin embargo 23 gubernaturas pertenecen a este partido político. Es decir, Morena gobierna a 7 de cada 10 mexicanos en los estados.
- Estado de México: 5.53 millones de habitantes
- Chiapas: 3.86 millones de habitantes
- Veracruz: 3.6 millones de habitantes
- Puebla: 2.86 millones de habitantes
- Oaxaca: 2.2 millones de habitantes
- Guerrero: 2 millones de habitantes
- Ciudad de México: 1.84 millones de habitantes
- Michoacán: 1.69 millones de habitantes
Los estados de Guanajuato y Jalisco, gobernados por el PAN y Movimiento Ciudadano respectivamente, completan el top ten de entidades del país con mayor número de su población empobrecida con 1.64 y 1.62 millones de habitantes, respectivamente.
Misma metodología
De acuerdo con el INEGI, la pobreza multidimensional se define por dos dimensiones: la del bienestar económico, que se refiere a ingresos inferiores a la Línea de Pobreza por Ingresos (LPI), que a su vez se divide en el ámbito urbano y rural.
Así, se considera a una persona pobre cuando, en el ámbito urbano, no tiene los suficientes ingresos para comprar la canasta básica alimentaria, cuyo costo es de 4 mil 718.55 pesos mensuales; y para el ámbito rural es de 3 mil 396.71 pesos mensuales.
La otra dimensión es la de derechos sociales, que se refiere a las carencias en acceso a salud, seguridad social, educación, alimentación, vivienda y servicios básicos. Tras la desaparición del Consejo Nacional de Evaluación (Coneval), el INEGI mantuvo esta metodología de medición de la pobreza.
Los datos a 2024 muestran que la pobreza extrema se redujo de 7.1% a 5.3% a nivel nacional, pero con disparidades estatales significativas en los estados donde Morena gobierna, que es en 23 de las 32 entidades federativas, incluyendo los que tienen altos índices de pobreza como Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Estado de México y Puebla, mientras la oposición controla estados del norte y centro con menores niveles de pobreza.
Morena vs Oposición
Los estados del Sur-Sureste y centrales concentran los niveles más altos de pobreza:
El caso más paradigmático es el del estado de México, el cual es gobernado por Morena, ya que es la entidad con el mayor número absoluto de pobres: 5.5 millones de personas en pobreza, lo que equivale a aproximadamente 30% de su población, destacando las carencias en seguridad social y el acceso a los servicios básicos, que abarcan a 65% de la población.
Sin embargo, la gobernadora del estado de México, llegó al puesto en 2023, y la medición considera la comparativa de 2022 a 2024. En el caso de Puebla, el 40.1% de la población en situación de pobreza es equivalente a 3.2 millones de personas, con carencias significativas en educación (22%) y en alimentación (19%).
Los estados de Chiapas y Guerrero continúan como los de mayor pobreza extrema en la cual se encuentran 18.5% y 15.2% de su población, respectivamente.
Diversos análisis coinciden en que los factores históricos clave que perpetúan la marginación: abandono estructural en acceso a la alimentación, a la educación y a la salud pública.
Para el INEGI, la aplicación de los programas sociales federales como las pensiones del Bienestar, redujeron la pobreza por ingresos, pero no resolvieron carencias estructurales como la seguridad social, que afecta a más de la mitad de la población en estos estados.
Otros de los factores que no han podido ser resueltos por los gobiernos de Morena en estos estados son la corrupción, la inseguridad y las dificultades en la aplicación de políticas locales efectivas.
Estados Gobernados por la oposición
En los estados del Norte y Centro, como Nuevo León, Baja California, Aguascalientes y Coahuila, los índices de pobreza son menores:
En Nuevo León, por ejemplo, la pobreza llega a sólo 10.6% de su población, con carencias en seguridad social inferiores a 25%. En tanto, en Aguascalientes, la pobreza alcanza a 12.1 de sus habitantes, mientras que la pobreza extrema es menor a 1%.
A diferencia de los estados gobernados por Morena, estas entidades mantienen un dinamismo económico, opuesto al de los estados del sur. Para esas entidades, la industria manufacturera, la inversión privada y salarios formales son una constante.
Además, cuentan con un mayor acceso a servicios públicos y las carencias en salud y educación oscilan entre 20 y 30% menos que en estados gobernados por Morena.
La gobernanza local, así como las políticas focalizadas en empleo formal y desarrollo infraestructural marcan una diferencia diametral con los estados del Sur-Sureste que están bajo las siglas del partido guinda.
La pobreza disminuyó en México a nivel nacional, pero la brecha entre entidades gobernadas por Morena y aquellas bajo gobiernos de partidos opositores sigue presente.
Casos como el Estado de México y Puebla, bajo gobiernos de Morena, evidencian los desafíos de implementar políticas centralizadas frente a problemáticas estructurales.
Si bien persiste el debate mediático en el que se discuten cuáles serían las mejores medidas para reducir estas disparidades, los analistas coinciden en que es indispensable adoptar estrategias diferenciadas que atiendan la informalidad laboral, fortalezcan la educación y la salud e impulsen el desarrollo económico regional.
Organismos como el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), apuntan a que la transparencia en la medición de la pobreza debe permanecer, pues es fundamental el acceso a la información sobre cómo se están aplicando las políticas públicas para la medición de la pobreza, especialmente después de la desaparición del Coneval.