Internautas en Torreón se unen para apoyar a abuelito; vende calabacitas de Halloween
El caso de don Enrique se volvió viral gracias a videos compartidos en redes sociales y la empatía de internautas.

En Torreón, Coahuila, una historia conmovió a cientos de internautas luego de que se viralizara un video donde aparece don Enrique, un hombre de 78 años que, pese a su edad, continúa trabajando con entusiasmo.
Acompañado de sus sobrinas, don Enrique fabrica y vende piñatas con forma de calabacitas de Halloween, un producto artesanal que ha llamado la atención por ser colorido y creativo.
Cada día, el adulto mayor instala su triciclo en la esquina de Francisco I. Madero y calle Arista, justo frente a la gasolinera Shell. Desde temprano ofrece sus calabacitas a transeúntes y automovilistas que pasan por la zona.
Su objetivo no es otro que seguir siendo productivo y apoyar económicamente a su familia, demostrando que el esfuerzo y la dignidad no tienen edad.
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¿Cómo surgió el apoyo de los internautas hacia don Enrique?
El caso de don Enrique se volvió viral gracias a videos compartidos por el conductor de noticias Luis Amatón. En ellos se muestra la simpatía y humildad del abuelito, quien atiende con amabilidad y orgullo a quienes se acercan a comprarle.
La respuesta de la comunidad fue inmediata, vecinos y usuarios de redes sociales comenzaron a difundir su ubicación para invitar a más personas a adquirir las calabacitas de Halloween. Algunos incluso aseguraron acudirán para ayudarle a vender todas sus piezas.
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¿Dónde y cómo se pueden comprar las calabacitas de don Enrique?
Quienes deseen apoyar a don Enrique pueden encontrarlo en la esquina de la avenida Francisco I. Madero y la calle Arista, en el corazón de Torreón. Allí, con su triciclo lleno de coloridas calabacitas de papel de china y periódico, ofrece sus creaciones a 70 pesos cada una.
Las calabacitas pueden usarse como adorno o piñata, ideales para ambientar las celebraciones de Halloween.
Don Enrique trabaja desde temprano hasta entrada la tarde y suele descansar los domingos. “Lo peor es quedarse en casa”, dice, convencido de que mantenerse activo es la mejor forma de vivir con propósito.