La escalofriante historia del callejón de “La Delgadina” en Saltillo
En Saltillo, los relatos y leyendas son parte del patrimonio cultural, entre ellos, destaca la historia de “La Delgadina”, que aún hoy provoca escalofríos a quienes recorren su callejón.

Saltillo es conocida por su arquitectura colonial, sus calles empedradas y su rica historia, pero entre los edificios antiguos y los callejones angostos también se esconden historias que parecen sacadas de otro mundo.
Una de las más escalofriantes es la de La Delgadina, cuyo relato mezcla tragedia, misterio y la creencia en lo sobrenatural.
Los vecinos aseguran que su espíritu aún ronda el callejón, especialmente de noche, provocando que quienes se atreven a pasar sientan escalofríos, escuchando suspiros, llantos y pasos que no corresponden a ninguna persona visible.
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Juan Crisóstomo y Isaura: la tragedia que lo cambió todo
El protagonista de esta historia es Juan Crisóstomo, conocido entre los vecinos como “El Gigante Severo”, era un carnicero imponente, de mirada severa y carácter inflexible, su fama de hombre temido solo era igualada por la fuerza de su corazón.
Vivía con su esposa Isaura, una mujer hermosa y enigmática, cuya sonrisa parecía iluminar el oscuro callejón de La Delgadina.
Pero la felicidad no duró mucho… se dice que Juan descubrió que Isaura tenía un amor secreto, un romance que traicionaba la confianza y el compromiso matrimonial.
Aquella revelación desató una tormenta de furia y desesperación, y poco después, Isaura desapareció sin dejar rastro; vecinos comentan que sus gritos todavía se escuchan en la noche, atrapados entre los muros del callejón, como un eco que no quiere callar.
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El callejón maldito y los fenómenos que hielan la sangre
Desde entonces, el callejón de La Delgadina se convirtió en un lugar de miedo y respeto, quienes se acercan de noche relatan sombras que se mueven sin dueño, cambios súbitos de temperatura y una sensación de ser observados.
Algunos afirman haber visto la figura del espíritu de Isaura, con su vestido blanco manchado de polvo, deambulando entre las paredes estrechas, buscando algo que nunca podrá recuperar.
Los relatos de vecinos cuentan historias de objetos que se mueven solos, pasos en el pavimento vacío y lamentos que parecen acercarse cada vez más.
Se dice que si alguien pronuncia su nombre a medianoche, un viento helado atraviesa el callejón, como si la propia Isaura advirtiera a los curiosos de no profanar su memoria.
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La leyenda que mantiene viva la historia de Saltillo
La Delgadina no es solo un callejón oscuro, es un testigo del pasado, un lugar donde la memoria, la traición y el misterio se entrelazan.
Hoy, los turistas y curiosos recorren el centro histórico, pero muchos prefieren evitar pasar por el callejón de noche, temerosos de cruzarse con la presencia de Isaura o de sentir la mirada de Juan Crisóstomo sobre ellos.
Cada año, durante las fechas de Día de Muertos, el callejón cobra vida nuevamente, historias narradas por guías locales y relatos de vecinos reviven la tragedia.
Recordando que la historia de La Delgadina es un aviso: la pasión, la traición y la desaparición pueden dejar huellas que perduran más allá de la vida.
El callejón de La Delgadina es más que un lugar sombrío en Saltillo: es un escenario donde la leyenda y la realidad se mezclan para crear una atmósfera que hiela la sangre, cada rincón del callejón, cada muro antiguo y cada sombra cuenta una historia de amor, celos y misterio.
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