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Profeco explica qué es la obsolescencia programada y cómo afecta a los dispositivos electrónicos

La obsolescencia programada es una práctica que afecta a los aparatos de uso doméstico, Profeco explica de qué se trata.

Profeco explica qué es la obsolescencia programada y cómo afecta a los dispositivos electrónicos. Foto: Canva
Profeco explica qué es la obsolescencia programada y cómo afecta a los dispositivos electrónicos. Foto: Canva

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Por: María de Jesús

La Procuraduría Federal del Consumidor, Profeco, lanzó una advertencia a través de la Revista del Consumidor de septiembre sobre una práctica que afecta directamente a las personas consumidoras: la obsolescencia programada.

Esta estrategia, implementada por fabricantes de productos electrónicos y electrodomésticos, consiste en diseñar productos con una vida útil deliberadamente limitada para motivar su reemplazo frecuente.

¿Qué es la obsolescencia programada, según Profeco?

La obsolescencia programada es una práctica empresarial en la que los productos se diseñan para fallar, quedar desactualizados o volverse inservibles en un periodo de tiempo determinado.

Profeco explicó que esta táctica busca incentivar a los consumidores a adquirir nuevos productos, aunque los anteriores aún podrían funcionar adecuadamente.

Entre los artículos más afectados se encuentran:

  • Celulares
  • Computadoras
  • Tabletas
  • Impresoras
  • Electrodomésticos como refrigeradores, microondas, lavadoras y pantallas.

Todos ellos presentan fallas luego de un tiempo de estar en uso, aparentemente sin justificación, debido a un diseño previamente planificado para que dejen de funcionar correctamente.

¿Cuáles son los tipos de obsolescencia que afectan a los consumidores?

Profeco identificó diversos tipos de obsolescencia programada, los cuales se aplican en diferentes etapas del ciclo de vida de los productos:

  • Física: Se utilizan materiales frágiles o piezas que fallan fácilmente.
  • Estética: El diseño se vuelve anticuado, incitando a la compra de modelos más recientes.
  • Funcional: El producto sigue operando, pero no es compatible con nuevas tecnologías.
  • Indirecta: Falta de refacciones o soporte técnico lo hace inservible.
  • Percibida: El consumidor cree que su producto ya no sirve por razones de moda o presión social.

¿Cuáles son las consecuencias ambientales y económicas, según Profeco?

Las consecuencias de esta práctica son graves desde el punto de vista ambiental porque los productos desechados generan basura electrónica que muchas veces no se recicla adecuadamente, liberando sustancias tóxicas al medio ambiente.

Además, la fabricación constante de nuevos dispositivos contribuye al agotamiento de recursos naturales y al aumento de emisiones contaminantes.

En el aspecto económico, las personas consumidoras deben reemplazar constantemente sus aparatos, generando un gasto recurrente que impacta sus finanzas personales.

¿Qué propone Profeco para combatir esta práctica?

La Profeco propone cuatro acciones clave para enfrentar la obsolescencia programada:

  1. Mejorar la gestión de residuos electrónicos, reforzando los procesos de reciclaje.
  2. Regulación de la obsolescencia programada, mediante leyes o normativas.
  3. Fomento a la economía circular, incentivando la reparación y reutilización de productos.
  4. Educación al consumidor, creando conciencia sobre el consumo responsable.

Este llamado busca una reflexión profunda sobre nuestros patrones de consumo y promueve un cambio hacia prácticas más sostenibles y responsables, tanto por parte de las empresas como de la ciudadanía.


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