Huracán Alex: así fue el impacto de este fenómeno natural a Tamaulipas
El huracán Alex dejó tristes recuerdos en Tamaulipas mientras México vivía uno de los años más complejos por la violencia y la emergencia sanitaria.

En junio de 2010, Tamaulipas enfrentó uno de los episodios más críticos de su historia reciente con la llegada del huracán Alex, el primer ciclón de la temporada atlántica de ese año.
Aunque tocó tierra en el noreste de México como huracán categoría 2, sus efectos se sintieron con fuerza en gran parte del estado, provocando lluvias torrenciales, desbordamientos de ríos, miles de evacuados y daños en infraestructura que tardarían meses en repararse.
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El impacto de Alex se dio en medio de un clima nacional tenso: el país enfrentaba un repunte de violencia ligada al crimen organizado, una crisis de seguridad en la frontera norte y la emergencia epidemiológica por la influenza A(H1N1). Para Tamaulipas, 2010 sería recordado como un año de doble tragedia.
¿Cuándo impactó el huracán Alex a Tamaulipas?
Alex tocó tierra la madrugada del 1 de julio de 2010 entre los municipios de Soto la Marina y San Fernando, aunque desde el 29 de junio ya se registraban lluvias intensas.
A su paso por el estado, el fenómeno dejó lluvias acumuladas de más de 500 mm en menos de 72 horas, lo que provocó el desbordamiento de ríos como el Bravo, el Purificación, el Guayalejo y el Pilón.
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En Ciudad Victoria, Reynosa, Matamoros, Altamira, Mante y otros municipios, se reportaron inundaciones severas, suspensión de servicios, cortes eléctricos y evacuaciones masivas en zonas bajas. Más de 50 mil personas fueron afectadas directa o indirectamente, y al menos una decena de municipios declararon estado de emergencia.
¿Qué consecuencias dejó Alex en la infraestructura y población?
Las lluvias asociadas al huracán provocaron severos daños en carreteras, puentes, sistemas de riego y redes de agua potable. En el sur del estado, particularmente en la región de Altamira y el corredor industrial hacia Tampico, varios complejos petroquímicos suspendieron operaciones por precaución ante el desbordamiento del río Tamesí.
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Uno de los puntos más críticos fue el rompimiento del bordo de contención del río San Juan, afluente del río Bravo, lo que inundó amplias zonas rurales en la frontera. En Reynosa, colonias completas quedaron bajo el agua durante días, y en Matamoros se habilitaron refugios temporales para miles de familias desplazadas.
Aunque el número oficial de víctimas en Tamaulipas fue limitado, los daños materiales se estimaron en más de 1,200 millones de pesos, según datos de Protección Civil y reportes posteriores del FONDEN.
¿Cuál era el contexto político-social en Tamaulipas?
El fenómeno natural coincidió con uno de los momentos más tristes del país en materia de seguridad. Apenas días antes, el 28 de junio de 2010, el candidato del PRI a la gubernatura de Tamaulipas, Rodolfo Torre Cantú, fue asesinado en una emboscada en Ciudad Victoria, un crimen que conmocionó al país y evidenció el grado de penetración del crimen organizado en la política local.
La tragedia natural y el crimen político se superpusieron en el imaginario colectivo de un estado que ya venía arrastrando tensiones por la violencia fronteriza.
Además, 2010 fue el año en que México enfrentaba la segunda ola de contagios por influenza A(H1N1).
¿Cómo reaccionó la sociedad y el gobierno ante esta emergencia?
El Ejército y la Marina activaron el Plan DN-III y apoyaron con labores de evacuación, reparto de víveres y restablecimiento de caminos. En redes sociales, que en 2010 comenzaban a consolidarse como medios de comunicación clave, circularon llamados de auxilio, fotografías del desastre y denuncias por omisiones de autoridades locales.
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Organizaciones civiles, iglesias y universidades se sumaron al apoyo a los damnificados, en especial en las zonas rurales y en colonias marginadas de la frontera. El entonces gobernador Eugenio Hernández Flores solicitó recursos federales y se activaron mecanismos del FONDEN para la reconstrucción del estado.