¿Cuál era la relación de los mayas con los huracanes? Conoce el origen de esta palabra
La cultura maya estuvo en contacto con los huracanes, por lo que eran parte de su vida cotidiana y cosmovisión

Los mayas, asentados en la Península de Yucatán y gran parte de Centroamérica, tuvieron una estrecha relación con los fenómenos naturales que marcaban su vida cotidiana, entre ellos los ciclones tropicales.
La palabra huracán, que hoy usamos para referirnos a estas poderosas tormentas, tiene raíces profundas en la cosmovisión mesoamericana y caribeña, y aún genera debate sobre su verdadero origen.

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¿De dónde proviene la palabra huracán?
El término “huracán” se asocia principalmente a la lengua quiché, donde aparece como Jun Raqan, nombre del dios maya del viento, las tormentas y el fuego, sin embargo, existen estudios que señalan su origen en la lengua taíno, hablada por los pueblos del Caribe, quienes también llamaban “Hurakán” a su deidad de las tempestades.
La falta de consenso entre expertos muestra que este vocablo pudo haberse compartido entre culturas gracias al comercio marítimo en el Mar Caribe, donde mayas y taínos tenían contacto. Lo cierto es que con la llegada de los españoles, el término fue adaptado al castellano, extendiéndose hasta convertirse en la palabra que hoy conocemos.
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¿Quién era el dios maya Huracán?
En la mitología maya, Huracán significa “una sola pierna” y también se le conocía como el Corazón del Cielo. Se le representaba con cola de serpiente, aspecto reptiloide y una antorcha humeante en la mano. Según los relatos, intervino en la creación del hombre a partir del maíz y fue el responsable del Gran Diluvio que destruyó a los hombres de madera.
Su figura simbolizaba tanto la fuerza destructiva como la capacidad creadora de la naturaleza, lo que refleja cómo los mayas entendían los fenómenos extremos que azotaban sus tierras.

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¿Qué diferencias había entre Huracán y Cháak?
Aunque a menudo se confunden, Huracán y Cháak representaban fuerzas distintas en la cosmovisión maya. Huracán estaba asociado con los ciclones, tormentas y el poder destructor del viento y el fuego, mientras que Cháak era el dios de la lluvia, vital para la agricultura y la fertilidad de la tierra.
Cháak solía representarse con un hacha con la que golpeaba las nubes para hacer llover, siendo una deidad esencial para la subsistencia. En cambio, Huracán encarnaba el caos de las tormentas tropicales, fenómeno que los mayas no solo temían, sino que también veneraban como parte del equilibrio natural.