Niños sacrificados en Chichén Itzá: investigación revela nuevos datos sobre su origen
Investigadores del INAH continúan en la búsqueda del origen de los niños que fueron sacrificados en Chichén Itzá hace más de mil años

En junio de 2024, investigadores adscritos al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) publicaron un artículo en la revista Nature, en el que se dio a conocer que en Chichén Itzá se practicaban sacrificios de niños.
El grupo de científicos se concentró en los restos de 64 infantes, descubiertos en 1967, dentro de una cámara subterránea localizada a 300 metros al noreste del Cenote Sagrado de esta antigua ciudad maya.

A un año de la revelación de estos hallazgos, se continúa indagando el origen de los niños sacrificados hace más de mil años, usando los restos dentales que contienen mucha información genética y se conservan mejor que los huesos.
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¿Qué fue lo que se encontró en Chichén Itzá?
Cómo parte del proyecto de investigación en la que participan los antropólogos físicos del INAH, Alfonso Gallardo Velázquez, Martha Pimienta Merlín y Oana del Castillo Chávez, se indicó el parentesco entre los niños, incluidos dos pares de gemelos idénticos.
En total, se contabilizó dentro del osario mil 759 piezas dentales separadas del cráneo pertenecientes al menos a 75 niños de entre 3 y 14 años, de los cuales 693 son dientes de leche y mil 066 permanentes.

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¿Qué análisis se realizaron a los restos hallados en Chichén Itzá?
Para distinguir las semejanzas genéticas o hereditarias se hizo un análisis de la longitud de los dientes y el arco dental. Los resultados se compararon con otras colecciones dentales de 16 sitios arqueológicos.
Entre los que se encuentran Chichén Itzá, Tikal, Copán, Calakmul, Piedras Negras, Seibal, Dos Pilas, Aguacateca, Tamarindito, Itzán, Altún Ha, Barton Ramie, Colha, Copán, Kaminaljuyú y Altar de Sacrificios.

Los resultados de la investigación de Gallardo Velázquez y sus colegas Martha Pimienta Merlín y Oana del Castillo, se publicaron en la revista Ancient Mesoamerica, editada por la Universidad de Cambridge.
¿Qué reveló el estudio?
En el artículo se menciona que, probablemente, “los niños del chultún de Chichén Itzá no pertenecen a las poblaciones de las Tierras Bajas del norte o del sur, como tampoco a las de las Tierras Altas del sur”.
Lo que se puede entender como que los dientes de los niños eran diferentes a los de otras regiones mayas, así que no eran como los de los pueblos del norte de Yucatán o del Peten en Guatemala, Belice, Chiapas o Tabasco.
Para explicar lo anterior, los investigadores plantean 3 posibilidades:
- Un grupo local de Chichén Itzá, en el poder, ofreció en sacrificio a inmigrantes que se asentaron en la ciudad, lo cual implicaría que los niños hayan nacido en otro lugar y vivido sus últimos meses en esta urbe.
- Un grupo local de Chichén Itzá trasladó, mediante compra o captura, a jóvenes de una etnia diferente a la suya, para efectuar una ofrenda específica y fueron enviados a la ciudad, poco antes de su muerte y depósito.
- Un grupo inmigrante, asentado en Chichén Itzá, efectuó el sacrificio y la ofrenda de acuerdo con sus costumbres, es decir, que los niños habrían nacido y crecido en la metrópoli maya, dentro de una comunidad migrante.
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Los autores plantean la posibilidad de que los niños pudieron formar parte de grupos de comerciantes de larga distancia que se asentaron en Chichén Itzá, para dominar las rutas de comercio de la península de Yucatán.