Tren Maya en Yucatán: ¿cuál es el impacto ambiental de la Terminal Multimodal en Progreso?
La Semarnat dio luz verde a la construcción de la Terminal Multimodal en Progreso del Tren Maya

La Terminal Multimodal de Progreso, parte esencial del Tren Maya en su modalidad de carga, ya cuenta con luz verde por parte de la Semarnat.
Aunque se presenta como un nodo logístico clave para conectar el puerto con estados como Campeche y Quintana Roo, la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) revela afectaciones significativas al medio ambiente.
Entre ellas, destacan la remoción de más de 100 hectáreas de vegetación forestal y la alteración de suelos, cuerpos de agua y hábitats de especies protegidas.

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¿Qué dice la MIA sobre el impacto ambiental en la zona?
Según la documentación oficial, el proyecto implica la deforestación de 104.7 hectáreas de Selva Baja Caducifolia en distintos grados de degradación. El terreno, ubicado frente a la comunidad de El Paraíso, será transformado con instalaciones industriales, zonas de carga y patios ferroviarios.
La MIA advierte que el ecosistema ya es inestable y que, para 2033, el deterioro podría llegar a niveles críticos. Además, se prevén impactos severos como hundimientos del suelo, disminución de la calidad del agua y afectaciones a especies en protección.
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¿Qué infraestructura incluye la Terminal Multimodal Progreso?
El complejo abarcará 111 hectáreas e incluirá patios de maniobra, bodegas, oficinas aduanales, estaciones de vigilancia, un destacamento de la Guardia Nacional y áreas de almacenamiento de combustible diésel y DEF.
Aunque se propone reforestar 127 hectáreas como medida de mitigación, el propio estudio reconoce que el daño no podrá revertirse por completo, ya que las obras se realizarán sobre terrenos forestales. La obra será ejecutada por la Sedena y su construcción está prevista en 18 meses.
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¿Cómo se relaciona esta terminal con el resto del Tren Maya de carga?
La terminal de Progreso se conectará con la de Poxilá, en Umán, desde donde partirán tres ramales ferroviarios hacia Mérida, Hunucmá y Progreso. Esta red abarcará más de 65 kilómetros de vías, a lo que se suman cinco sascaberas activas para la extracción de materiales, lo que intensifica la presión sobre los ecosistemas.