Cempasúchil en CDMX: Imelda y Víctor, el matrimonio de productores que innova con sus flores en Día de Muertos
Desde Xochimilco, una pareja de productores mantiene viva la tradición del cempasúchil nativo, este año con un nuevo producto estrella: clemolitos tricolores.
En el sur de la CDMX, donde el campo resiste entre avenidas y colonias que avanzan, florece el cempasúchil. Es ahí, en San Gregorio Atlapulco, donde Imelda Aguilar Pérez y Víctor González Nieto, un matrimonio de campesinos urbanos que empezó desde abajo y hoy da empleo a otras familias.
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La historia de Víctor con la tierra viene de sus abuelos, quienes sembraban rosas con los lodos de los canales y las vendían en mercados del centro. Aquella herencia rural se mantuvo viva, aunque el paso de los años pusieron a prueba a la familia.

Después del sismo de 2017, el empleo escaseó. Sin recursos ni invernadero, Imelda decidió no rendirse. Tomó macetas que otros tiraban, juntó tierra sobrante y empezó a sembrar árboles de la abundancia y plantas medicinales, que se dedican a cultivar el resto del año.
Se me ocurrió plantar unas plantitas para sacarlas a la venta… Dije: “pues de aquí voy a sacar y no nos vamos a morir de hambre
Víctor -
Con el tiempo, y gracias al acompañamiento de la Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural (Corenadr), lograron acceder a herramientas básicas: plástico para invernadero, mangueras y una bomba de agua. Ese apoyo les permitió consolidar su campo y diversificar su producción.

El valor detrás de cada flor de cempasúchil
Para Imelda y Víctor, el cempasúchil no es sólo una planta que se vende en octubre: es tradición, memoria, pero también de identidad campesina en medio de la CDMX.

En su jornada diaria, llegan al campo a las seis de la mañana. Revisan cada planta de cempasúchil, riegan tres veces al día y cuidan que todo esté en equilibrio.
Lo primero que hacemos es venir a revisar la planta… y hay que regar en la mañana, a medio día y en la tarde
Imelda -
Su producción busca ser lo más natural posible, reduciendo agroquímicos y aprovechando los recursos disponibles. Pero además del trabajo físico, ambos defienden el valor justo de su esfuerzo, por lo que señalan la importancia de comprar directamente con la gente productora:
Casi todos somos presas de los revendedores que pagan un precio muy por debajo del costo real de producción y terminan vendiéndolas a un precio mucho más alto, redituarles mayores ganancias que nosotros que trabajamos cuatro meses a partir del primero de junio a la fecha
Don Vic -
Es por eso que hace un llamado para que las personas de la capital lleguen de manera directa con los propios productores, así generan un ahorro y continúan con la tradición. “Nos conmueve mucho ver una sonrisa, una cara feliz… y ver que no regatean en cuanto al precio”, dice con emoción.
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Clemolitos de tres colores, el producto estrella
Este 2025, Imelda y Víctor sorprendieron a sus clientes con una innovación de cempasúchil nacida del ingenio y la necesidad: una maceta de clemolito que combina tonalidades.
La idea surgió cuando ya no tenían suficientes macetas pequeñas. Imelda propuso no desperdiciar las plantas sobrantes y colocar varias en una sola.
Le dije a mi esposo: no tenemos macetas… hay que meter unas cuatro plantitas. Me dijo: mejor tres, se va a ver bonito. Y sí, se vio muy bonito, parecía un ramo
Imelda -
Así nació esta creación: una maceta con flores de distintos colores que simulan un ramo natural. Víctor aportó los detalles técnicos para que las raíces no compitieran entre sí y los tonos se complementaran.
Afortunadamente nos dio muy buen resultado. Este año el clemolito fue el protagonista de nuestras ventas
Celebra Víctor -
La innovación de Imelda no solo resolvió un problema práctico, sino que marcó un precedente entre los productores locales: la creatividad también puede florecer en el campo.

El acompañamiento técnico que impulsa la tradición Detrás de cada flor hay una red de personas que trabajan para que las tradiciones sigan vivas. En San Gregorio Atlapulco, el ingeniero agrónomo Valentín Rivera Luna, técnico productivo de la Corenadr, acompaña a Imelda, Víctor y otras familias en cada etapa del cultivo.

Él explica que su trabajo consiste en observar el desarrollo de las plantas, ofrecer recomendaciones para conservar el medio ambiente y capacitar a los productores para elaborar sus propios insumos.

Gracias a este acompañamiento, los campos del ejido mantienen prácticas sustentables y una producción constante. Valentín señala que los campesinos son los “guardianes de la semilla” de cempasúchil y que conservan las variedades tradicionales de la flor. Aunque reconoce el apoyo recibido, Víctor también mira hacia adelante.
Sueña con que el trabajo de los productores tenga mayor visibilidad y proyección.
Ojalá se pudiera hacer una feria de flores, una expo a nivel nacional que nos permita lucir la gran producción que tenemos varias familias aquí en San Gregorio
Víctor -
Esa idea resume su visión: una CDMX donde el campo no sea un recuerdo, sino un futuro posible.
Este Día de Muertos, al colocar tu flor de cempasúchil en el altar, piensa en las manos que la sembraron. Visita San Gregorio Atlapulco y compra directamente con los productores.

Con cada maceta apoyas a familias como la de Imelda y Víctor, que hacen florecer la vida en medio de la ciudad, mezclando tradición, innovación y amor por la tierra.
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