Este es el postre dulce que esconden los hornos de Coahuila
Con su relleno dulce y aroma casero, es uno de los postres mejor guardados de la repostería en Coahuila.

Coahuila guarda entre sus tradiciones culinarias un postre que ha resistido el paso del tiempo y las modas: las empanadas de trigo, un clásico que se encuentra tanto en panaderías de barrio como en las cocinas de los ranchos.
Aunque su preparación varía ligeramente de un municipio a otro, estas delicias se distinguen por su masa suave, ligeramente hojaldrada, y una variedad de rellenos dulces que despiertan la nostalgia.
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¿Cómo se preparan las tradicionales empanadas de trigo?
La base de estas empanadas es una masa de harina de trigo, elaborada con ingredientes que les otorgan su textura y sabor característicos:
- Manteca vegetal o mantequilla, para una miga tierna y ligeramente hojaldrada.
- Azúcar, que endulza la masa desde el interior.
- Huevo, que aporta color y cohesión.
- Líquido, como leche, agua o incluso pulque en algunas recetas tradicionales.
Una vez amasada, la masa se extiende y se corta en círculos. Después se rellenan, se doblan cuidadosamente y se sellan con un trenzado conocido como "repulgue" o con el borde de un tenedor. Se hornean hasta quedar doradas o se fríen para obtener una textura más crujiente.
¿Qué rellenos hacen únicas a las empanadas de Coahuila?
El alma de estas empanadas está en sus rellenos, que reflejan la riqueza agrícola y cultural de la región. Entre los más representativos destacan:
- Cajeta: El más popular. Una cajeta espesa y caramelizada que, al hornearse, se vuelve aún más sabrosa. En muchas recetas se combina con nuez picada.
- Nuez con piloncillo: Mezcla dulce y aromática muy usada en Parras de la Fuente, hecha con nuez local y panela derretida, a veces con un toque de canela.
- Piña: Un relleno refrescante que aporta contraste. La piña se cocina hasta volverse espesa, ideal para no salirse durante el horneado.
- Calabaza de Castilla: Muy usada en otoño, cocida con piloncillo y especias como canela. Su sabor evoca los días de campo y las cocinas familiares.
- Manzana: Cocida como mermelada espesa, este relleno es típico en zonas donde la manzana es parte del paisaje cotidiano.
- Ate de frutas: Trozos de membrillo, guayaba o tejocote, que se funden dentro de la empanada al hornearse.
Una vez listas, muchas empanadas se espolvorean con azúcar y canela molida, realzando su dulzor y dándoles un aroma irresistible.
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Más que un postre, una tradición
Las empanadas de trigo de Coahuila son un deleite para el paladar y una muestra viva de la herencia culinaria del norte de México. Acompañadas de café de olla o atole, siguen siendo parte fundamental de las reuniones familiares, ferias y celebraciones religiosas.
Su sabor, simple y profundo, conecta con las raíces de una cultura donde la cocina es sinónimo de identidad y memoria.