A una hora de Victoria se encuentra este mágico río de aguas cristalinas que brotan de manantial
En medio del calor del centro de Tamaulipas, el ejido Delicias esconde un río que parece sacado de un sueño. Sus aguas limpias, nacidas de manantial, refrescan cuerpo y alma.

A solo una hora de Ciudad Victoria, Tamaulipas, se encuentra uno de los rincones más sorprendentes y poco conocidos del estado: el río del ejido Delicias, en el municipio de Abasolo.
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Un cauce alimentado por manantiales naturales, rodeado de árboles y tranquilidad, que ha comenzado a atraer a visitantes en busca de un respiro real del estrés urbano. Aquí, el agua es tan clara que se puede ver el fondo sin esfuerzo, y la experiencia va mucho más allá de un simple chapuzón.
¿Cómo es el río del ejido Delicias y por qué sorprende tanto?
Lo que más llama la atención de este río es su transparencia. A diferencia de otros cuerpos de agua de la región, este fluye completamente limpio gracias a que nace de manantiales naturales en las faldas de la Sierra Madre. El agua es fresca, constante, y con tonalidades turquesa y esmeralda que varían según la luz del día.
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Además, el lugar aún conserva un ambiente rústico y sin alteraciones turísticas. No hay construcciones invasivas ni música a todo volumen: solo el sonido del agua, las hojas de los árboles y alguna risa de niños jugando. El sitio se ha mantenido con apoyo de los mismos ejidatarios, quienes cuidan que el entorno se mantenga limpio y accesible.
¿Cómo llegar y qué se necesita para visitarlo?
El ejido Delicias se ubica a aproximadamente 60 kilómetros al norte de Ciudad Victoria, por la carretera hacia Abasolo. El acceso final es por un camino rural, pero transitable en auto. No es necesario pagar entrada, aunque se recomienda llevar provisiones, bolsas para basura y mucho respeto por la naturaleza.
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Muchos visitantes prefieren ir en fin de semana, aunque quienes buscan una experiencia más privada optan por los días entre semana. No hay restaurantes ni tiendas cerca, lo que hace la experiencia aún más auténtica. Algunos pobladores del ejido ofrecen orientación o espacio para estacionar a cambio de una cooperación voluntaria.
¿Qué lo hace especial frente a otros destinos turísticos?
Este río tiene un ingrediente que otros sitios ya perdieron: la calma genuina. No hay filas, ni cuotas, ni saturación. Es el tipo de lugar que, al llegar, hace que uno se desconecte sin esfuerzo. Además, la experiencia es segura, ideal tanto para familias como para parejas o viajeros en solitario.
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Muchos visitantes lo comparan con destinos de renombre en San Luis Potosí o Veracruz, pero destacan que este rincón tamaulipeco no necesita fama para brillar. Su secreto está en su sencillez y en la conexión directa que permite con la naturaleza. No hay señal de celular, pero sí hay una señal clara de que aún existen paraísos accesibles.
El río del ejido Delicias es uno de esos lugares que, cuando los descubres, te preguntas cómo no lo habías conocido antes. Es naturaleza pura a un paso de la capital del estado. Y en tiempos donde lo natural se vuelve cada vez más valioso, este pequeño rincón del centro de Tamaulipas se convierte en un verdadero tesoro escondido.