Advierten que los impuestos saludables son un golpe para la industria restaurantera en Yucatán
Los gravámenes sobre bebidas azucaradas y productos ultraprocesados encarecerán el consumo y afectarán a al sector, asegura la presidenta de la CANIRAC Yucatán
La Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (CANIRAC) en Yucatán advirtió que la propuesta del Gobierno Federal de incrementar los llamados “impuestos saludables” dentro del paquete fiscal representa un duro golpe para el sector restaurantero y para los pequeños comerciantes, pues el impacto terminará trasladándose al consumidor final.
Claudia González Góngora, presidenta de CANIRAC Yucatán, señaló que estos gravámenes, aplicados a bebidas azucaradas y productos ultraprocesados, encarecen directamente el consumo cotidiano.
“El impuesto no lo paga la empresa, lo paga el consumidor final. Nosotros consideramos que más que imponer cargas, debería promoverse la prevención y la educación alimentaria”, apuntó.

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¿Cómo afectarán los impuestos a los restaurantes en Yucatán?
De acuerdo con la presidenta de CANIRAC, el impacto será mayor en las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), que representan entre el 80 y 90 por ciento del sector en Yucatán. Estas unidades económicas ya enfrentan dificultades por las reformas laborales, los cambios tributarios y el bajo consumo interno.
“Estas mipymes ya tienen dificultades para mantenerse en operación y ahora deberán asumir el impacto de un impuesto que encarece sus insumos y servicios”, recalcó González Góngora.
La dirigente afirmó que la iniciativa privada reconoce la importancia de combatir la obesidad y fomentar hábitos más saludables, pero considera que la estrategia correcta debería centrarse en la educación y la prevención.
“No se trata de prohibir comer o tomar algo. El problema del sobrepeso no se resuelve gravando productos, sino fomentando una cultura de nutrición, ejercicio y equilibrio en la alimentación”, indicó.

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¿Qué son los llamados impuestos “saludables”?
Estos gravámenes forman parte del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS). Desde 2014, las bebidas azucaradas pagan un peso adicional por litro, mientras que alimentos con alta densidad calórica como botanas, dulces y pastelillos tienen una tasa del 8%.
El Gobierno Federal ha defendido su aplicación como una medida para desalentar el consumo de productos asociados con la obesidad, la diabetes y otras enfermedades crónicas. Si bien en los primeros años se reportó una reducción en la compra de refrescos, distintos estudios señalan que a largo plazo el impacto ha sido limitado, ya que los consumidores terminan absorbiendo el alza de precios.

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¿Qué propone la CANIRAC ante este escenario?
El organismo empresarial sostiene que los impuestos no deben ser la solución a los problemas de salud pública. En cambio, plantea que se prioricen políticas de prevención, programas educativos y estrategias de promoción de hábitos saludables, que resulten más sostenibles y menos dañinos para la economía de los negocios y de las familias mexicanas.
“Estamos conscientes de la importancia de la salud, pero esto se convierte en una carga más que frena la recuperación económica y limita la competitividad del sector”, concluyó González Góngora.